Atleta del sur de California compite con la selección mexicana de softball


Arranco ya la emoción de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 y debido a que los familiares de muchos atletas no viajaron a Japón por restricciones por el COVID-19, se ven obligados a seguir la participación de sus seres queridos por televisión.

La familia de Amanda Sánchez, integrante de la selección mexicana de softball, es una de estas familias. Desde su hogar en el área de San Dimas, ellos están con toda la emoción olímpica. 

“Tenemos fe de que van a sacar una medalla.”

Emocionados, nerviosos, pero sobre todo profundamente orgullosos, los padres de Amanda Sánchez siguen paso a paso cada jugada de su hija y del equipo de softball de México en los Juegos Olímpicos de Tokyo. 

“Se siente como que no es real, viéndola en la televisión, jugando es mucha emoción”, dijo su madre, Olga Pérez-Sánchez.

Amanda, nacida en el sur de California, desde muy pequeña abrazó su pasión por el softball, deporte en el que representó a las universidades de Missouri y Luisiana, pero gracias a su doble nacionalidad, logró ser convocada a la selección mexicana y vivir esta experiencia olímpica.

“Yo le digo a las nenas que gracias por representar no solamente al softball sino a nosotros como mexicanos. Es un orgullo que representen a nuestro país”, dijo su padre Gerardo Sánchez.

Los integrantes y amigos de la familia Sánchez se reunieron para seguir los detalles del encuentro contra el representativo de Estados Unidos, con emociones encontradas, pero siempre apoyando a Amanda e ilusionados y convencidos de que regresara a casa portando una medalla olímpica. 

“Es un rival grande así que yo pienso que las niñas van a sacar algo de adentro y van a elevar su juego”, dijo Gerardo.

“Ella nació aquí, pero todavía le vamos a México”, dijo Olga.

Los padres de Amanda recuerdan que hace unos años, una lesión de ligamentos en el brazo izquierdo, a punto estuvo de alejarla del deporte que tanto amaba, sin embargo, con tenacidad, dedicación y fortaleza mental, logró superar este obstáculo y hoy, su máximo sueño de participar en unos Juegos Olímpicos, es toda una realidad.

“Les diría que dejen todo en el campo, que ensucien ese uniforme y el cielo es el límite en verdad… y que viva México!”


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