Biden deja a la Reserva Federal el protagonismo en la lucha contra la inflación

Biden deja a la Reserva Federal el protagonismo en la lucha contra la inflación

by

in

El aborto, las armas de fuego, la inmigración y la guerra de Ucrania son temas que están y estarán presentes en el debate público ante las elecciones legislativas de noviembre en Estados Unidos. Pero, por encima de todos ellos, lo que más preocupa a los electores es la economía y, en particular, la inflación. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es consciente de ello y bracea desesperadamente por mostrar que tiene un plan para luchar contra las subidas de precios. La principal receta de ese plan es, en realidad, dejar a la Reserva Federal que haga su trabajo. Este martes, Biden se ha reunido con Jerome Powell para hablar de la economía y la inflación al comienzo del segundo mandato del presidente de la Fed.

Biden ha recibido a Powell tras haber plasmado la promesa de respetar su independencia este mismo martes en un un artículo en The Wall Street Journal en el que escribe que la Reserva Federal tiene la responsabilidad principal de controlar la inflación: “Mi predecesor degradó a la Fed y los anteriores presidentes han tratado de influir en sus decisiones de forma inapropiada durante los períodos de inflación elevada. Yo no lo haré”.

Al comenzar la reunión de este martes, en unos rápidos comentarios, ha insistido en la idea de que la lucha contra la inflación “comienza con una simple propuesta: respetar la Fed, respetar la independencia de la Fed, cosa que he hecho y seguiré haciendo”. Biden promete dar a los responsables del banco central “el espacio que necesitan para hacer su trabajo, no interferir en su labor de importancia crítica, que tiene doble responsabilidad: una de pleno empleo, dos de precios estables”, ha dicho.

En la reunión estaba presente la secretaria del Tesoro y predecesora de Powell al frente de la Fed, Janet Yellen, y también el director del Consejo Económico Nacional, Brian Deese. La reunión ha sido muy constructiva, según fuentes de la Casa Blanca.

Biden ya presentó su plan contra lo que bautizó como “la Subida de Precios de Putin” hace tres semanas en el artículo en The Wall Street Journal con un resumen de ese plan. Pero en realidad, más allá de dejar a la Reserva Federal hacer su trabajo y de decir que con los planes de un senador del Partido Republicano las cosas estarían peor, no hay medidas concretas para frenar la inflación a corto plazo.

Los precios de la gasolina han marcado nuevos récords a finales de mayo y aunque se esperaba que la inflación empezase a ceder tras tocar sus máximos en 40 años, ya ni siquiera está claro que no vuelva a subir.

Conoce en profundidad todas las caras de la moneda.

Suscríbete

La inflación es un problema global. No solo se ha disparado en Estados Unidos. También ha marcado su máximo en la historia de la eurozona, aprieta en Latinoamérica y sube en realidad en todo el mundo. Los problemas en la cadena de suministro, la subida de las materias primas, en especial del petróleo y de los alimentos, y la fuerte activación de la demanda en la salida de la pandemia han elevado los precios. Las políticas fiscales y monetarias expansivas han contribuido a ello.

Hay debate sobre si los bancos centrales se han equivocado al no actuar antes o si eso hubiera podido frenar la recuperación sin evitar que los precios subieran por factores externos. En todo caso, parece claro que los responsables políticos y económicos que pensaron que sería solo un problema temporal que se corregiría rápidamente, se equivocaron. La inflación se ha enquistado y lo que los economistas llaman efectos de segunda ronda —el contagio al conjunto de la economía—, ya están ahí. La inflación subyacente, que elimina los precios más volátiles como los de los alimentos y la energía, está también en máximos históricos.

La Reserva Federal ya ha subido los tipos de interés dos veces. La subida de mayo, de medio punto, ha sido la mayor de los últimos 22 años, y Powell y otros miembros del banco central han dejado claro que planean otras dos subidas de medio punto en las dos próximas reuniones. El reto de la Fed es ser lo suficientemente agresiva como para reducir la inflación sin provocar por ello una recesión. El camino para lograrlo es estrecho.

Sentados, de izquierda a derecha, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, el de Estados Unidos, Joe Biden, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el director del Consejo Económico Nacional, Brian Deese, este martes, en el Despacho Oval de la Casa Blanca.Oliver Contreras / POOL (EFE)

Biden intenta convencer a los ciudadanos de que, aparte de la inflación, la economía va bien. Se sigue creando empleo a buen ritmo y en varios Estados la tasa de paro está en mínimos históricos. Sin embargo, los índices de confianza han caído por debajo de los mínimos del peor momento de la pandemia, cuando la economía estaba parcialmente paralizada. Y aparejada a la caída de la confianza de los consumidores está la caída de sus propios índices de aprobación.

La Casa Blanca quiere lanzar una ofensiva de comunicación en materia económica para trasladar ese mensaje de que la economía va mucho mejor de lo que parece. Biden insiste hoy en su artículo en The Wall Street Journal en las cosas que van bien: empleo, poca deuda de las familias, recuperación del producto interior bruto. Biden insiste mucho últimamente en la idea de que la economía de Estados Unidos puede crecer este año por primera vez más que la de China por primera vez desde 1976. Lo que no está claro es que eso sea mucho consuelo para las familias que no llegan a fin de mes.

Suscríbase aquí a la newsletter de América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.


Source link