La revelación del contenido de un borrador del Tribunal Supremo, que refleja la inclinación mayoritaria de sus jueces a tumbar el precedente que garantiza el derecho al aborto en Estados Unidos, ha generado un colosal terremoto social, político y judicial en todo el país, así como una reacción de urgencia de su presidente, Joe Biden. “Creo que el derecho de una mujer a elegir es fundamental, Roe ha tenido el peso de la ley durante casi cincuenta años, y la equidad básica y la estabilidad de nuestro ordenamiento exigen que no sea anulada”, ha dicho Biden en un comunicado hecho público esta mañana, mientras decenas de personas se manifestaban a las puertas del Supremo en Washington y apenas 12 horas después de que la web Politico soltara la bomba con una información exclusiva cuyas consecuencias aún son difíciles de calibrar. El Supremo ha confirmado la autenticidad del texto filtrado.
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Con Roe, el presidente estadounidense se refiere a Roe contra Wade, la histórica decisión del Supremo que convirtió en 1973 en un derecho constitucional el acceso al aborto. El alto tribunal tiene en sus manos ahora derogar ese precedente, en una decisión que se conocerá a finales del mes de junio o principios de julio.
Lo que ha trascendido es el borrador de la opinión mayoritaria de cinco de sus miembros conservadores, escrito por el juez Samuel Alito, en el que no dejan lugar a la interpretación: “Su motivación [del fallo de hace casi medio siglo] fue excepcionalmente endeble y aquella decisión ha tenido consecuencias perjudiciales. Lejos de lograr un consenso nacional en torno al tema del aborto, Roe y Casey [el caso Planned Prenthood contra Casey, que en 1992 asentó el precedente] atizaron el debate y profundizaron en la división”, se puede leer en el texto.
El comunicado del presidente recuerda que su “Administración argumentó con fuerza ante el Supremo en defensa de Roe contra Wade”, porque se basa en “una largo linaje de precedentes que reconocen el ‘concepto de libertad personal de la Decimocuarta Enmienda’… contra la interferencia del gobierno en decisiones intensamente personales”. Esa enmienda es la que garantiza el derecho a la privacidad, y la que sirvió para sostener el fallo de 1973.
Es poco probable, pero podría ser que la opinión de esos cinco jueces (además de Alito, firman Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh, Amy Coney Barrett Clarence Thomas) haya cambiado desde el momento en que fue plasmada en un borrador en febrero. También cabría la opción de que cambiara entre ahora y el final del ejercicio legislativo, cuando se espera el fallo definitivo.
No hay memoria de una filtración así en los 233 años de la historia del alto tribunal, y eso ha abierto de nuevo el debate sobre la excesiva politización de la institución, que tiene una supermayoría conservadora inédita desde los años treinta. El presidente del Supremo, John Roberts, es el sexto de los conservadores en el tribunal (frente a tres liberales). Roberts ha asegurado este martes que ha pedido una investigación sobre el modo en el que el borrador, cuya autenticidad ha confirmado, ha llegado a Politico. “Si esta traición a la confidencialidad que rige nuestra labor pretende socavar nuestra integridad, no lo conseguirá. Nuestro trabajo no se verá afectado de ninguna manera [por la filtración]”, ha señalado Roberts.
La última oleada de leyes restrictivas, promulgadas en Estados republicanos, más de veinte en todo el país, de Texas a Oklahoma, empujó a La Casa Blanca a preparar una respuesta “al ataque continuo contra el aborto y los derechos reproductivos”. Por eso, Biden advierte: “Estaremos listos cuando se emita cualquier fallo”.
El caso que ha llevado el debate al Supremo tiene su origen en un recurso a una ley del Estado de Misisipi que adelantaba la frontera para una intervención legal y segura de las 23 semanas actuales, cuando, según Roe, llegaba la viabilidad del feto, a un plazo de 15 semanas. Los jueces podrían haber optado por quedarse simplemente en ese cambio, pero parece inclinada a derogar íntegramente Roe, lo que dejaría en las manos de los Estados la decisión sobre los derechos reproductivos de las estadounidenses.
“Si les tribunal anula Roe, recaerá sobre los funcionarios electos de nuestra nación en todos los niveles de Gobierno proteger el derecho de la mujer a elegir. Y recaerá en los votantes elegir a los funcionarios a favor del derecho a decidir este noviembre”, concluye Biden, en referencia a las próximas elecciones legislativas de medio mandato, en las que se dirime el control del Senado y la Cámara de Representantes. “A nivel federal, necesitaremos más senadores a favor del derecho a decidir y una mayoría a favor del derecho a decidir en la Cámara para adoptar legislación que codifique Roe, que trabajaré para aprobar y convertir en ley”.
Siete de cada diez estadounidenses, según una encuesta del Pew Reseach Center, prefieren que no se tumbe Roe.
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