BioVYZR, o cómo lucir como un astronauta para evitar el coronavirus


Lo importante es combatir el coronavirus. Hay quienes prefieren hacerlo utilizando mascarillas sobrias y baratas y hay quienes prefieren los diseños, como con la bandera de su país o los escudos de sus equipos favoritos de fútbol. Pero también hay quienes prefieren ir más allá y utilizar un artefacto sobre sus cabezas y hombros que, además de aparatoso, les ayuda a parecer una especie de astronautas o buzos paseándose por la calle. Se trata del BioVYZR, una escafandra que sirve como escudo protector contra la covid-19, diseñado por la empresa canadiense VYZR Technologies.

“El BioVYZR es una capa exterior innovadora diseñada para proporcionar un grado inigualable de protección contra los peligros del aire en nuestro entorno diario”, aseguran desde la compañía. Pero más que una capa, se trata, o eso dicen, de todo un sistema de protección. El escudo rodea toda la cabeza y parte del torso del usuario y está equipado con un sistema anti empañamiento para mantener una buena visibilidad. A los lados dispone de dos pequeños ventiladores que resisten ocho horas con una sola carga y que pueden recargarse a través de USB. La escafandra también cuenta con dos aberturas a los lados, diseñadas para introducir las manos por si el usuario quiere tocarse el rostro. Cada abertura cuenta con un guante reversible para poder introducir la mano dentro del escudo.

El artefacto incluye un chaleco de neopreno ajustado y dos correas laterales con hebillas para poder adaptarlo al cuerpo. En la parte trasera (en la espalda alta) el sistema incluye un filtro purificador para eliminar patógenos, alérgenos y otras partículas. Para ello, hay que instalar un filtro KN95 personalizado para este equipo y con una duración de 60 horas. La escafandra también reduce el ruido exterior un 25%, lo cual evita al usuario oír muchos comentarios de las demás personas mientras se pasea en la calle con 2,25 kilogramos sobre su cabeza y hombros.

Protegerse de esta manera, eso sí, sale caro. Al menos si se compara con el precio de otras maneras más convencionales como las mascarillas o las pantallas. El BioVYZR cuesta 379 dólares (320 euros). El equipo incluye un paquete de diez filtros KN95 (los que se colocan en la espalda). Cada paquete de estos filtros cuesta 24 dólares (20 euros) y tiene una duración aproximada de 25 días.

Utilidad versus necesidad

La escafandra es útil y según la compañía, previene el paso de las partículas del virus gracias a sus filtros personalizados. Además, el equipo protegería más al usuario porque evita que se toque la cara con las manos sucias y blinda todas las zonas por las que podría escabullirse una partícula del virus. Un estudio realizado en septiembre en Suizhou, China con 276 pacientes expuestos a covid-19, comprobó que quienes llevan gafas pueden ser menos susceptibles a contraer el virus, por la protección que estas le ofrecen. Ahora bien, la muestra es “demasiado pequeña” y no es “concluyente”, como señalan varios médicos consultados en un artículo de The New York Times sobre este artefacto.

Este artículo también recoge que del BioVyzr se “han vendido más de 50.000 unidades a clientes y mayoristas en todo el mundo”, lo que supone unos cinco millones de dólares en ventas. Y en estos momentos, está agotado. La compañía asegura que tendrá nuevos productos disponibles en noviembre. ¿El BioVYZR puede ser útil? Sí. ¿Pero es necesario? En realidad, no. Si bien es un hecho que cualquier barrera para tocarse la cara es positiva, utilizar un artefacto de estas magnitudes no es necesario, al menos por ahora.

La mejor fórmula conocida hasta ahora para evitar los contagios sigue siendo la distancia social, el lavado y desinfección continua de manos, la ventilación de los espacios y, por supuesto, el uso de una mascarilla apropiada. Y ahí está la clave. Múltiples estudios han demostrado que las mascarillas bien utilizadas pueden ayudar, pues protegen contra las infecciones virales respiratorias, como el caso de la covid-19.

En este artículo de Materia, investigadores de salud pública y epidemiólogos explican por qué las mascarillas son clave para contener la segunda ola del virus y cómo deben utilizarse. Eso sí, no cualquier mascarilla basta. Su eficacia depende del tipo que se utilice (hay tres: higiénicas, quirúrgicas y de alta eficacia) y de cómo se ajusten a la cara para evitar que haya huecos por los que puedan introducirse las partículas del virus. Así lo han comprobado en este estudio un equipo de científicos japoneses, que también han concluido que “los protectores faciales no necesariamente son una alternativa al uso de mascarillas”.


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