Por un tiempo, parecía que BMW había dado un giro con su estrategia EV. Su i4 e iX han recibido críticas estelares, y esta primavera la compañía anunció una plataforma totalmente eléctrica, el Neue Klasse, que dijo respaldará las versiones EV del sedán de la serie 3 y el crossover X3 a partir de 2025. La compañía que había desperdició su liderazgo en vehículos eléctricos, una vez prometedor, parecía estar listo para una reaparición.
Pareció.
Cada vez está más claro que Neue Klasse no será una plataforma EV dedicada, al menos no en la forma en que casi todos los demás fabricantes de automóviles conciben una. “También podríamos imaginar un tren motriz de hidrógeno para esta nueva generación de vehículos”, dijo el CEO Oliver Zipse en la llamada de ganancias de la semana pasada.
Si BMW sigue adelante y hace que el Neue Klasse acomode tanto baterías como hidrógeno, habrá creado otra plataforma de compromiso, un futón de ingeniería automotriz que no sobresale en nada excepto en hacer felices a los miembros de la junta directiva.
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