Butler enciende las Finales con una obra maestra

“¡Estáis en problemas!”, gritó al techo, a LeBron y a todo el mundo, un exultante y fatigado Jimmy Butler. La estrella de los Miami Heat lo decía de corazón y con razón, después de encender las Finales NBA con un impresionante triple-doble de 40 puntos, 11 rebotes y 13 asistencias que lideró la victoria por 115-104 de los floridenses sobre Los Angeles Lakers, que por primera vez mostraron sus fragilidades en la eliminatoria.

También fue la primera vez que LeBron James se mostró desesperado con los árbitros, nervioso e impotente ante la resistencia de unos Heat que firmaron un partido de competidores natos y renacieron en la serie. “No me importa el triple-doble, solo quiero ganar”, comentó Butler a los micrófonos de la ESPN. “Estoy contento con el resultado. Creo que hemos descubierto que pertenecemos aquí”.

gg.didomi.doWhenConsent(true, “c:twitterwi-wUmBnnKy”, function(){
var fbScript = document.createElement(“script”);
fbScript.src = “https://platform.twitter.com/widgets.js”;
fbScript.async = true;
document.querySelector(“body”).appendChild(fbScript);
} );

L.A. quería matar la eliminatoria, pero el giro de guion hollywoodiense les invitó a asistir en primera fila a la obra maestra de Jimmy ‘Buckets’, que se mostró más agresivo que nunca y encaró en uno contra uno a cualquiera que se le pusiera por delante, incluido el Rey. Fue LeBron, reconoció Butler tras el encuentro, quién le buscó las cosquillas con un “estáis en problemas” en el primer cuarto.

No le salió bien la jugada al 10 veces finalista, un James que se quedó solo esta vez como referencia de los Lakers: terminó con 25 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias y cara de pocos amigos. ¿Y el resto de su corte?

Anthony Davis, su pareja de baile, tuvo un partido nefasto para sus estándares y sumó 15 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias tras arrastrar problemas de faltas durante todo el encuentro. El banquillo de los Lakers, con 53 puntos, tampoco fue suficiente para frenar el ímpetu de unos Heat que merecen un monumento.

Sin contar con Adebayo y Dragic, todavía lesionados y resignados en el banquillo, los secundarios de Miami volvieron a dar un paso al frente y aceptaron la propuesta de Butler: morir con las zapatillas puestas. Es lo que pedía también Erik Spoelstra, ganar a toda costa, de cualquier manera.

Los Heat ganaron a base de insistencia, resistiendo las acometidas de LeBron y su caballería, liderada por Markieff Morris y Kyle Kuzma (19 puntos ambos), y contestando con sus armas secundarias, el siempre atrevido Tyler Herro y Kelly Olynyk (17 ambos). El novato descarado acabó lanzando una mueca a la cámara después de un encuentro en el que falló de todo (6-18 TC) pero anotó cuando más importaba, en los momentos calientes del último cuarto.

gg.didomi.doWhenConsent(true, “c:twitterwi-wUmBnnKy”, function(){
var fbScript = document.createElement(“script”);
fbScript.src = “https://platform.twitter.com/widgets.js”;
fbScript.async = true;
document.querySelector(“body”).appendChild(fbScript);
} );

El choque, trabado, empezó como el primer partido con un inicio fulgurante de Miami, que pronto se colocó dos dígitos por encima en el marcador. Fue un oasis, y los Lakers se comieron la desventaja en un abrir y cerrar de ojos en más de una ocasión. La diferencia fue que L.A. no llegó liderando al descanso (58-54) y que, por primera vez en la eliminatoria, no se escapó en ningún tramo del segundo período.

Hasta ahora, los Lakers habían dominado 47 de los 48 minutos disputados en los segundos tiempos con ventajas superiores a los 10 puntos. Miami cambió el guion y aguantó el tipo: llegó al cuarto final con 85-80 (+5) en el casillero; los Lakers, hay que decirlo, tampoco jugaron a nada durante varios tramos del choque y eso facilitó la tarea de los pupilos de Spoelstra.

Davis, perdido no se sabe muy bien dónde, apareció con 10 de sus 15 puntos en el tercer período para desaparecer acto seguido en el último: ni una canasta.

Tampoco estuvo acertado LeBron, que quiso incluso jugar la carta de las protestas a los árbitros tras un brutal esfuerzo de Butler, que según él le dio un codazo en una penetración que no fue más que otra prueba del delito. Los Lakers jugaron sin ánimo, con fuego, y se quemaron.

Otro dato muestra que los angelinos no se tomaron con la tensión necesaria el encuentro: acumularon 10 pérdidas en el primer cuarto y 20 en total, cuando en el segundo encuentro solo fueron 9. El mérito de tal despropósito, y más en unas Finales NBA, fue tanto de la defensa de Miami como de los mismos Lakers.

El dominio de Butler en el partido fue tan abrumador que consiguió registros inéditos: igualó a LeBron James como el único jugador de la franquicia de Miami en cosechar un triple-doble en unas Finales; también superó en todos los apartados estadísticos al astro de Ohio, que nunca jamás se había visto superado en anotación, rebotes y asistencias por un rival o incluso un compañero en el escenario definitivo del calendario NBA.

gg.didomi.doWhenConsent(true, “c:twitterwi-wUmBnnKy”, function(){
var fbScript = document.createElement(“script”);
fbScript.src = “https://platform.twitter.com/widgets.js”;
fbScript.async = true;
document.querySelector(“body”).appendChild(fbScript);
} );

“Estuvo fenomenal”, reconoció el Rey tras el encuentro sobre su enemigo. “Hizo todo lo que necesitaban que hiciera para ganar”. La frustración de James, que se marchó con el partido todavía en marcha hacia el vestuario, responde a un temor lógico, ya que al fin y al cabo tiene experiencia en esto: ha perdido seis de nueve Finales.

El ganar o morir, un clásico entre clásicos del deporte, la competición y la vida misma, dio sus frutos a Miami y mete el 2-1 en las Finales de la burbuja, algo que nadie, o muy pocos, esperaban a estas alturas después de lo acontecido durante la última semana.


Source link