Crisis, ¿qué crisis?: los ‘grandes’ de la Euroliga no bajan de potencial

Josep Maria Bartomeu lo dijo ayer mismo en este diario. “Hemos dejado de ingresar 200 millones de euros, eso es un 30% menos de ingresos. La pandemia afectará a las dos o tres próximas temporadas. Los gurús financieros hablan de cuatro años para la recuperación, aunque creo que en fútbol será más rápida”, señaló el presidente del Barça en la entrevista exclusiva ofrecida a Mundo Deportivo. Sin embargo, esa crisis de ingresos no parece tener una traslación directa al potencial del primer equipo de baloncesto, algo que tampoco sucede con sus principales rivales en el plano europeo. Y es que, tras los movimientos que se están produciendo este verano, ya se puede decir que CSKA Moscú, Anadolu Efes, Real Madrid (salvo adiós de Campazzo) , Barça y Armani Milán presentarán en la próxima Euroliga plantillas iguales o mejores que las últimas. Son los cuatro equipos que marchaban primeros en el momento de suspenderse la pasada temporada y el que más se ha reforzado este verano.

La crisis va por barrios y ello es evidente si repasamos cómo ha afectado a los 18 equipos de la Euroliga. Aparte de los cinco nombrados anteriormente, también han sorteado con bastante solvencia el impacto del coronavirus el Valencia Basket, el Olympiacos y el ASVEL, que incrementan ligeramente su calidad de cara a la próxima campaña. Hay otro grupo de equipos que se mantienen en una línea muy similar (Zenit, Estrella Roja, Khimki y Alba Berlín) mientras que los grandes perdedores del coronavirus son los equipos que tradicionalmente más ingresan por taquillas y abonos: Baskonia, Zalgiris, Maccabi Tel Aviv, Panathinaikos, Bayern Munich y Fenerbahçe, aunque en el caso de este último se suman los problemas que afectan desde hace unos años a la economía turca.

Con todo, el golpe del coronavirus no ha supuesto el temido descenso general de calidad que podía esperarse. Malcolm Delaney, que tras salir del Barça ha recalado en el ultrarreforzado Armani Milan, señaló el sábado en un tuit que “la próxima Euroliga va a ser fascinante, todos los equipos han mejorado”.

¿Cómo es posible que los equipos, como ha hecho el Barça a través de su presidente, reconozcan el fuerte impacto económico de la pandemia pero ello no sea apreciable en sus plantillas? Hay muchos factores que lo explican pero el más importante es un principio básico de la economía de mercado, la ley de la oferta y la demanda. Casi todos los equipos tienen menos dinero que hace un año pero ese dinero cunde más. Los jugadores y agentes saben que, salvo excepciones, los grandes contratos de la era precoronavirus no se van a repetir a corto plazo salvo en el caso de estrellas consagradas. Además, los equipos están acortando sus plantillas. El Barça, por ejemplo, contaba con 15 fichas sénior la pasada temporada y en la próxima bajará a 13. El aumento de jugadores sin equipo también hace que bajen los precios en el mercado.

Otro factor de ahorro para los clubs es la renuncia generalizada de los clubs a contratar jugadores vía traspaso. Salvo los casos de Tornike Shengelia (el CSKA ha comprado su libertad al Baskonia por un millón de euros) y Alberto Abalde (el Real Madrid ha sufragado su cláusula de rescisión con el Valencia de 1,5 millones de euros), el resto de grandes movimientos de este mercado estival tiene como protagonistas a jugadores con la carta de libertad. Ha ayudado el hecho de que dos equipos grandes como Fenerbahçe y Panathinaikos hayan tenido que soltar lastre y liberar a cracks con contrato que de otra manera no habrían salido al mercado. Así, ni el Barça ha tenido que pagar traspaso por Calathes, ni el Armani por Datome o el Olympiacos por Sloukas.


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