Cristóforo: “Me he sentido muy cómodo”


Sebastián
Cristóforo apenas ha tenido tiempo de adaptarse a su nuevo papel en el Eibar. El centrocampista uruguayo, fichado en el mercado de invierno para reforzar la medular, sumaba siete partidos de Liga con la elástica azulgrana antes de que se decretara la suspensión ‘sine die’ de la competición. A pesar de llevar unos pocos meses en Gipuzkoa, el jugador considera que la trayectoria personal y colectiva era positiva.



“Me pude meter enseguida en el grupo cuando llegué”, confiesa desde su casa, durante la rueda de prensa virtual organizada por el club. “Creo que todo salió muy bien y lo importante es aportar donde uno puede para que el equipo vaya mejor y sume puntos”, reflexiona. En el plano personal, “fui de menos más” y, en el colectivo, “el equipo estaba agarrando un ritmo para seguir compitiendo”.

Con experiencia previa en la Liga tras su paso por Sevilla y Getafe, y conocedor del estilo que predica José
Luis
Mendilibar, Cristóforo está contento con lo que ha visto. Nada más llegar “me sentí muy cómodo, todo el mundo conoce al míster de hace años y sabe lo que quiere de cada uno, lo que propone y su estilo”.

Además, cree que el vestuario “lo capta todo rápido” aunque luego, sobre el terreno de juego, “a veces las cosas pueden salir o no”. A su juicio, “lo importante es que intentemos hacerlo, que el partido vaya para delante, que seamos protagonistas” y, por supuesto, “que ganemos”.

Familia en el vestuario

A pesar de que llegó a Ipurua en calidad de cedido, el club armero se guarda una opción de compra. En esta situación excepcional, en la que la competición acabará, si es que lo hace, a lo largo del verano, el jugador prefiere centrarse en el día a día y aparca esos pensamientos. “Se dicen muchas cosas, hay teorías e hipótesis sobre los contratos y veremos qué sucede”, refleja. Eso sí, “me he sentido muy bien en el Eibar a pesar de que hayan sido pocos partidos. Veo una gran unión y familia an el grupo y para mí eso es muy importante”.

El confinamiento, sin la familia

Cristóforo lleva “bien” el confinamiento en casa, “esperando que se recupere todo el mundo”. Cree que esta realidad “nos va a dejar una gran enseñanza, vamos a saborear más las pequeñas cosas, la familia y estar con los amigos”. En su caso, “el encierro es complicado y con la familia lejos, más”; aunque las tecnologías le permiten pasar el amargo trago de forma más llevadera.

Intenta mantener una rutina diaria para no perder la forma. “Me levanto lo más temprano posible, aunque no tanto como cuando voy a entrenar”. Después del desayuno llega la primera sesión de entrenamiento de la jornada y después se pone manos a la obra para comer. “Intento cocinarme algo”, confiesa.

Por la tarde llega el momento del entretenimiento y de la segunda parte del programa físico. A partir de ahí, cena pronto y llama a la familia y amigos antes de irse a dormir.


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