Cumbre de las Américas está a un paso de finalizar; prevén presentar "Declaratoria de Los Ángeles" sobre migración, según Reuters

Cumbre de las Américas está a un paso de finalizar; prevén presentar “Declaratoria de Los Ángeles” sobre migración, según Reuters

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros mandatarios de América se disponen a presentar un plan destinado a frenar la inmigración irregular y a gestionar el número récord de migrantes, en el marco de la clausura el viernes de una cumbre regional enrarecida por las disputas diplomáticas.

Bautizado como “Declaración de Los Ángeles” y calificado por Biden de “innovador”, el pacto liderado por Estados Unidos pretende crear incentivos para los países que acogen a un gran número de migrantes y repartir la responsabilidad del reto entre toda la región.

La iniciativa sobre los migrantes culmina una reunión regional organizada por Biden en Los Ángeles, diseñada para reafirmar el liderazgo de Estados Unidos y contrarrestar la creciente huella económica de China en la región.

Sin embargo, ese mensaje se ha visto empañado por la ausencia de varios mandatarios, incluido el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en protesta por la exclusión de Washington de los antagonistas de Estados Unidos, Cuba, Venezuela y Nicaragua, de la reunión.

En la sesión de apertura de la cumbre, el jueves, los líderes de Argentina y Belice subieron al podio para reprender a Biden cara a cara por la lista de invitados, subrayando el desafío que enfrenta la superpotencia global para restaurar su influencia entre sus vecinos más pobres.

Un borrador de declaración elaborado por los representantes de la Cumbre de las Américas, revisado por Reuters, establecía el compromiso de trabajar en la movilización de bancos y donantes para revisar los instrumentos de ayuda a los países que absorben a muchos migrantes. Sin embargo, el documento carece de detalles y de compromisos concretos de los países para poner en práctica el plan.

La declaración, cuya versión final está previsto que sea presentada por Biden y otros mandatarios visitantes el viernes, también esboza compromisos para trabajar en el impulso de la cooperación regional en materia de aplicación de la ley, el intercambio de información y los regímenes de visados y la mejora de las oportunidades de trabajo temporal.

Frenar la inmigración irregular es una de las principales prioridades de Biden, en un momento en que un número récord de personas intenta entrar en Estados Unidos por la frontera con México.

Los responsables del Gobierno de Biden se han sentido frustrados porque sus políticas de inmigración, la mayoría de las cuales necesitan la aprobación del Congreso, han permanecido en punto muerto, pese a que la escasez crónica de mano de obra agrava los cuellos de botella en la cadena de suministro y aviva la inflación.

Los republicanos, que esperan hacerse con el control del Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos en las elecciones de mitad de mandato de noviembre, han puesto en la picota al presidente demócrata por dar marcha atrás a las políticas migratorias restrictivas de su precursor republicano Donald Trump.

Pero el tema de la migración -así como la propia cumbre- ha tenido que competir con otros desafíos apremiantes de Biden en el país y en el extranjero, que van desde la creciente inflación, el debate sobre el control de las armas tras más tiroteos masivos y la guerra en Ucrania.

Los esfuerzos de Estados Unidos para frenar la migración desde la región del llamado Triángulo del Norte —Guatemala, Honduras y El Salvador— se han visto obstaculizados por la corrupción, con proyectos probablemente millonarios archivados y con la participación del sector privado paralizada.

El nuevo plan de migración está en consonancia con los esfuerzos del Gobierno de Biden en los últimos meses para presentar el problema como un desafío para toda América, pidiendo a otros países que refuercen los sistemas de protección de los migrantes y amplíen su acceso a las vías legales.

La ausencia de los mandatarios de México, Guatemala, Honduras y El Salvador ha suscitado dudas sobre la eficacia de los compromisos propuestos, aunque representantes estadounidenses dijeron que la asistencia no impediría a Washington obtener resultados.


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