David Vaughan, visita sorpresa en la tienda de la Real


David Vaughan (Rhuddland, País de Gales, 1983) tuvo un efímero paso por la Real Sociedad. Aterrizó en Donostia en medio de la mayor crisis de la historia del club, nada más descender a Segunda, en verano de 2007, y se marchó un año después sin pena ni gloria. No tuvo suerte. Su contratación la avaló su compatriota Chris Coleman, el primer técnico que tuvo la Real en Segunda, pero la salida del entrenador británico en enero y la posterior convulsión de la que se apoderó el club provocaron su salida con sólo nueve partidos oficiales a sus espaldas, en los que marcó un gol.

El pequeño centrocampista galés pasa unos días de vacaciones en Donostia junto a su esposa y sus hijos. Su presencia en la tienda oficial del club ayer por la mañana representó la grata sorpresa de la jornada en la que se puso a la venta la nueva camiseta de la Real. Pese a la poca continuidad que tuvo como txuri urdin -una lesión de pubis también le trajo por la calle de la amargura- Vau-ghan, de 36 años, no duda en asegurar que guarda “buenos recuerdos” de sus doce meses entre nosotros. “Disfruté mucho del club y de la ciudad aunque veo que sigue lloviendo”, aseguró tirando de flema británica en una mañana pasada por agua en la capital guipuzcoana.

15 temporadas en activo

Vaughan, que llegó a la Real procedente del Crewe Alexandra, suma, tras su salida del club txuri urdin 12 temporadas de notable carrera repartidas entre el Blackpool (Championship y Premier), Sunderland (Premier) y Nottingham Forest (Championship). Este último ejercicio lo ha disputado en el Notts County, ya en Segunda B (Second Division), donde ha jugado 22 partidos lo que no augura que esté cerca de colgar las botas. Ha jugado casi 400 partidos oficiales en los que ha anotado una veintena de goles.

Casi quince años de trayectoria profesional describen a un futbolero de cuna que, por supuesto, “sigo al equipo, aunque ya no quedan futbolistas de mi época. Siempre me gusta verle”, ratifica el galés que pasará unos días de vacaciones en la capital guipuzcoana.

Con la misma sencillez y discreción con la que llegó en 2007, sin decir una palabra más alta que la otra, Vaughan se deslizó ayer por la tienda del club. Quizás se hizo con la nueva camiseta verde. O quizás, en silencio y con educación, dejando el mismo buen recuerdo de hace 11 años, se fuera con la música a otra parte


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