Él tiene 83 años y ella 84, se llaman Chang Wan-ji y Hsu Sho-er y regentan una lavandería llamada Wansho Laundry en el centro de Taiwán. Hasta aquí una historia normal de un matrimonio chino que trabaja dejando impecable la ropa que otros ensucian. Lo que no resulta tan habitual es que con su edad se hayan hecho famosos en Instagram, donde se les considera unos prescriptores de moda. Todo con solo 21 fotografías donde ellos mismos posan como modelos de los estilismos que crean aprovechando la ropa que se dejan olvidada en las lavadoras los clientes de su negocio.La pareja, a la que sigue más de medio millón de personas desde que colgaron la primera fotografía el pasado 27 de junio, se ha hecho famosa en todo el mundo por una idea cuyo éxito ha sorprendido incluso a su nieto, Reef Chang, de 31 años, que se dedica al estilismo de forma no oficial. “Estaba realmente sorprendido. No tenía ni idea de que tantos extranjeros se interesarían en mis abuelos”, dice en unas declaraciones publicadas por The New York Times.De él fue la idea original de crear la cuenta de Instagram porque el negocio se había ralentizado durante la pandemia de coronavirus y sus abuelos tenían miedo de salir al exterior incluso viviendo en Taiwan, que ha sido una zona con pocos casos de la enfermedad. “Vi lo aburridos que estaban y quise alegrarles la vida”, explica ahora el nieto de la octogenaria pareja. Su abuela posa como una supermodelo y el abuelo la mira jugando con la mirada y sus pobladas cejas.El escenario de sus fotografías es su lavandería, con la ropa de sus clientes colgada del techo y paquetes en los estantes. Pero el estilo que ha conseguido para ellos su nieto es divertido y moderno. Los olvidos de sus despistados clientes se convierten en estilismos dignos de revista combinados con zapatillas de cordones, gorros, bolsos o cinturones. Ellos están encantados con la experiencia: “Mi nieto es muy creativo y su creatividad nos ha hecho felices, y a otras personas también”, explica Hsu al diario estadounidense.Una afirmación que corroboran los usuarios de Instagram que comentan sus fotografías: “Mirar las fotos de Wan-ji y Sho-er mejora mi estado de ánimo”; “Sus fotos realmente transmiten un ambiente encantador que no cualquiera puede lograr”, son algunas de las frases que les dedican.El matrimonio convertido en instagramers por casualidad lleva 61 años juntos y se conoció a finales de la década de los años cincuenta cuando la hermana mayor y la tía de Hsu se acercaron a un jovencísimo Chang, que entonces tenía 21 años, para concertar un matrimonio. La primera cita no fue muy bien porque eran tiempos tradicionales y ella era muy tímida, según explica su esposo. Pero terminaron casándose en 1959, tienen dos hijos, dos hijas y seis nietos. Juntos se encargaron del negocio de limpieza en seco y lavandería en el que él trabajaba desde los 14 años, crearon una clientela fiel que sigue llevando su ropa allí aunque se muden a otros barrios y como únicos empleados de su negocio se han convertido ahora en su mejor campaña de marketing y en unos auténticos prescriptores de moda.Ellos están encantados y animan a otras personas mayores a mantenerse activos: “Es mejor que sentarse a mirar la televisión o dormitar. No me siento viejo”, dice el señor Chang. Su nieto lo corrobora, “ahora cada vez que nos vemos, siento que están eufóricos”. Las fotografías también han servido para que alguno de sus clientes recordara la ropa olvidada en el local y volviera a por ella y a pagar su factura.
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