Del alumno Alkorta al maestro Rojo I, Athletic

Del alumno Alkorta al maestro Rojo I, Athletic

“Sobre todo lo que nos inculcó era que podíamos ser jugadores de Primera”. Rafa Alkorta se emociona al hablar del recientemente fallecido Txetxu Rojo. No es el único.

Josu Urrutia, que no suele ser habitual en el palco de San Mamés desde que dejara de ejercer como presidente del Athletic, tuvo a bien aceptar la invitación cursada desde Ibaigane con motivo del encuentro ante Osasuna, donde en los prolegómenos se iba a guardar un minuto de aplausos, sí sí de aplausos y no de silencio, en memoria del que fuera uno de los grandes extremos zurdos del histórico club rojiblanco.

Ander Garitano, otro de los discípulos aventajados del llamado futbolísticamente Rojo I, también tiene buenas palabras y gratos recuerdos del que fuera su entrenador. Lo mismo, supongo, que Lakabeg, Patxi Ferreira, Ritxi Mendiguren, Ayarza… La familia Athletic.

La hostia

“Para nosotros que nos entrenara Txetxu Rojo era la hostia. Lo mismo que cuando llegué a Lezama y mi primer entrenador era Jesús Garay. Yo tuve mucha suerte de chaval porque tuve también de entrenadores a Zugazaga, Nico Estéfano… Txetxu me llevó al primer equipo y fue muy especial para mí. La persona que más confiaba en mí, con la que más he hablado de fútbol”, incide Alkorta.

Sirva todo este largo préambulo con el ya mítico Rojo I como referencia para insistir en una reflexión que no debería caer en saco roto. La historia del Athletic a ras de césped la han escrito un sinfín de jugadores que una vez colgadas las botas han desempeñado otro rol dentro del club. Desde entrenadores a preparadores físicos, presidente, directores deportivos, delegados, empleados de Lezama, directivos…

Todos ellos han tenido sus aciertos y errores dentro y fuera del campo. La crítica constructiva nunca está de más. Lo que no puede ni debe ser es faltarles al respeto una vez que asumen otro papel dentro de la entidad porque el Athletic, como gran familia, es el que sale perdiendo.




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