Doloroso y genial 'calmante' final de Tatum a Embiid y los Sixers

Doloroso y genial 'calmante' final de Tatum a Embiid y los Sixers

Lo inesperado e imprevisible es de lo que hace más feliz. Lo inesperado e imprevisible es lo que hace también a los genios y por eso saben cómo llegar al corazón, profunda desolación o desenfrenado éxtasis según el bando. En Philadelphia, sólo 6 segundos por jugar y 107-107 entre Celtics y Sixers, apenas se había oído algo de Jayson Tatum para lo que suele ser, 15 puntos y un 6/16 en lanzamientos. Deseoso de verter su rabia y liberar su talento en unos instantes, Tatum desparramó un golpe de genio con todas las connotaciones. Partió de pista propia en un saque de media cancha, se dirigió raudo hacia el aro pero engañó a Melton. Se elevó majestuoso y su triple abrazó la red (107-110). Aparecer de la nada para deslumbrar. Una estrella fugaz.

“Soñé con hacer esos tiros. Al salir del tiempo del partido le dije a Grant (Williams): “Es la hora del partido””, explicó tras el partido el ‘0’, cumpliendo con su palabra. Entre drama y drama, sigue el complejo para ‘Philly’, que tampoco pudo con Boston por tercera vez esta temporada, arruinada su proclamación, la proclamación de Embiid por la que el camerunés iba a gritar con sus 41 puntos y 12 rebotes a los cuatro vientos que los Sixers están listos para el anillo. 

Nada que reprochar a su temporada regular -terceros en el Este con 39-20-, a la productividad de la pareja Embiid – Harden. Pero, para ser los mejores, hay que cumplir la obviedad de ganar a los mejores. Y el equipo de Doc Rivers sigue sin ser mejor que los Celtics a pesar del mal día de Tatum y el enésimo recital del africano.

La espectacular estampa final del tiro decisivo de Tatum

Matt Slocum / LaPresse

La frustrada victoria ‘sixer’ hubiera cegado el defecto que arrastra ‘Philly’. La fortaleza de Embiid es, a la vez, la debilidad de Philadelphia, incapaz de superar a unos Celtics con un Tatum ‘corriente’ y un Brown en su nivel pero no superlativo -26 puntos con un 10/21 en TC-, mientras James Harden tampoco lució en demasía, con 21 tantos y 8 asistencias pero un 5/16 en lanzamientos y 4 pérdidas. El secreto, que a día de hoy la esencia de equipo difiere mucho de uno a otro.

En Boston, hasta 6 jugadores se fueron a los dobles dígitos -aparte de Brown y Tatum, también Al Horford (15), Robert Williams III (14), Derrick White (18) y Marcus Smart (10)-, el doble que en los Sixers, con sólo Tobias Harris acompañando a Harden y Embiid con 19 tantos y unos inadmisibles 12 puntos desde el banquillo para un candidato al título por los 27 de los verdes. Por mucho que Tatum y Brown retumben, la filosofía de los Celtics trasciende los nombres. La de los Sixers no.

El duelo de pizarras librado fue también de lo más atractivo. Embiid buscó a Al Horford y encontró el aro con su juego en el poste y la búsqueda constante del contacto, sacando astuto 18 tiros libres y acertando 17 de ellos. El plan defensivo de los Sixers ahogó durante buena parte del partido también a los Celtics, con el recién llegado de los Hornets Jalen McDaniels y, sobre todo, P.J. Tucker, encabezando la resistencia. 

No dejaron respirar a Tatum en el uno contra uno y Embiid se hallaba preparado para proteger el aro si el ‘0’ tomaba la directa hacia la pintura. Todo muy estudiado por Rivers y ejecutado con éxito hasta bien entrado el tercer cuarto, con 67-52 para los de Pennsylvania y sólo 4 puntos para Tatum en la primera parte.

Pero Joe Mazzulla se puso a agitar la pizarra para atrapar por unos momentos a Embiid. El camerunés empezó a recibir 2×1. Aunque mejorado ese aspecto, su visión de juego no es la mejor y no fue capaz de hacer fluir la circulación para hallar al compañero liberado. Al Horford, reflejo del talento de Mazzulla en el banquillo, pasó de ser debilidad a amenaza con sus 5 triples en la segunda parte, tres en transición y 2 en 5 vs 5 aprovechando la dificultad de Embiid para salir a puntear al perímetro. 15 puntos para ‘compensar’ los 15 que había ‘entregado’ al pívot en la primera parte. No se puede ser más atento. 

Boston tomó la iniciativa -80-78 al final del tercer cuarto-, ante unos Sixers que no encontraban respuestas con Embiid sentado, espeso Harden asumiendo el rol de anotador y Tyrese Maxey dejando evidencia de su poca fiabilidad, el mejor de la segunda unidad con 12 tantos pero un pobre 4/10 en lanzamientos. Así que la respuesta se siguió encontrando en el camerunés, aunque Rivers propuso una distinta poniéndole a jugar el pick and roll con Harden y finalizando con ese tiro de media distancia en la continuación corta que tanto le gusta para poner el 103-102 tras el 87-97 que reinaba mediado el último parcial. 

Exultante de confianza, Joel acabó siendo ajeno a las defensas dobles y cualquier maraña táctica de los Celtics para trepar a los 14 puntos en el cuarto decisivo. Con 10 segundos de crono, a Boston le quedaban dos tiempos muertos. En el primero los Sixers utilizaron la falta que les quedaba. En el segundo, a falta de 6 segundos, ‘Philly’ no cayó en el engaño de Tatum -que se fue a pista propia en el saque de media pista-, y Melton no le quitó ojo de encima. Pero el verdadero engaño de Tatum resultó ser otro, inalcanzable su intelecto, indefendible su ejecución. Detalles de MVP.




Source link