El Alavés entra en caída libre

R. O. Pancorbo
Gasteiz
Periodista

El Alavés ha perdido el carácter. El equipo aguerrido anterior al confinamiento con números de candidato a Europa en la segunda vuelta se ha transformado en un conjunto débil, sin identidad, que se desmadeja cada vez que recibe un golpe. Cuatro
derrotas
consecutivas, con sólo un gol a favor y 11 en contra es su balance en una jornada en la que el Mallorca, con su goleada al Celta, le recorta distancias.

Son aún seis puntos más el average a favor con los bermellones su margen de seguridad con el descenso. No obstante, el duro
calendario que le espera, con Valladolid, Real
Madrid, Getafe, Betis y Barcelona por delante, ennegrece su horizonte.

Ayer, ante el Granada, se sobrepuso al 0-1 y buscó el empate con ahínco, aunque de forma previsible, hasta el descanso. Sin embargo, nada más iniciar la segunda mitad, en el
48, encajó el 0-2 y, ya sin alma, derrochó impotencia
hasta el final.

No mereció irse perdiendo el cuadro albiazul en una primera mitad en la que dominó
a su rival y tuvo dos claras ocasiones para remontar el 0-1 marcado por Antoñín en el minuto 27.

Salió el cuadro
nazarí con tres centrales y dos carrileros muy largos, un 1-3-4-3 al que los locales supieron buscarle el punto débil por banda izquierda, por donde canalizaron casi todos sus ataques con continuas ayudas de Lucas
Pérez y Aleix
Vidal, que caían hacia esa zona para ayudar en ataque a Luis
Rioja, muy activo, y Rubén
Duarte.

Dos
tiritos sin peligro del lateral andaluz y Ximo
Navarro dieron paso al 0-1. En un fallo defensivo, Laguardia se lanzó al suelo para intentar cortar un balón y Soldado le ganó la partida a Magallán en una pelota dividida. El valenciano habilitó a Antonio
Puertas, que lanzó un duro disparo al que Roberto Jiménez respondió con una buena estirada. Sin embargo, el rechace lo cazó Antoñín que, sólo en el área, batió al madrileño.

Lucas Pérez al palo

No se arrugó el cuadro babazorro y se lanzó a por el empate. Encontró en el balón parado la vía para crear peligro. En el 28, una buena falta lanzada por Lucas Pérez fue rematada fuera por Magallán, en un error incomprensible, cuando estaba solo y en posición inmejorable para empatar.

En el 34, Joselu tocó de espuela en la medialuna del área un centro de Rubén
Duarte. Lucas
Pérez puso muy bien el cuerpo para ganar la posición a su marcador, pero su volea con la zurda se estrelló contra el poste en la más clara de su equipo en la primera parte. En el descuento previo al descanso, Joselu cabeceó a las manos de un bien colocado meta nazarí otra falta bien botada por el coruñés, que fue el que creó mayor peligro.