La visita del Atlético a Bilbao del pasado domingo sirvió, entre otras cosas, para dejar dos asuntos claros: el fútbol sin espectadores en la grada no es fútbol y los clubes que compiten tradicionalmente en Europa tienen más y mejor plantilla que los que lo hacen solo con relativa asiduidad. Los de Simeone mejoraron con los cambios. Los de Garitano, no.
No se trata, en cualquier caso, de una simple cuestión de fondo de armario. Expresión esta, por cierto, muy utilizada en el argot futbolístico de unos años a esta parte y que se presta a ciertas metáforas con nombres propios que, me consta, no sientan nada bien en el vestuario del Athletic.
La Contra del pasado lunes de mi compañero de página
Josu
Villalabeitia
, por bajar el balón al césped, no hizo ninguna gracia a determinados jugadores. No dejaba de ser una interpretación muy personal del dichoso ‘fondo de armario’ relacionado con ciertas prendas o material que pueden encontrarse en una alacena al uso con nombres propios. Mala intención ninguna; gracia, por lo visto, tampoco.
Regresando al fondo de la cuestión y, de paso, del armario del Athletic; lo cierto es que Garitano
sí dispone de mimbres suficientes para confeccionar distintos cestos diferentes a los vistos tanto ante los colchoneros como frente al Eibar. Once leones juegan y más del doble esperan su oportunidad en el banquillo. Por número queda.
El pasado miércoles, por ejemplo, entraron en acción
Larra
,
Lekue
,
Villalibre
e
Ibai
. Unos días antes tuvieron minutos
Sancet
,
De
Marcos
,
Núñez
y
Kodro
.
Balenziaga
,
San
José
,
Beñat
y alguno más; nada de nada de momento. Alternativas y variantes existen. Otra cosa bien distinta es poder combinarlas con acierto, eficacia y, sobre todo, constancia. Por material dentro del armario para hacer un señor traje al rival no será.
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