Queda una semana para que el próximo 11 de marzo el
Atlético de Madrid
viaje al infierno de Anfield. Francamente es el partido que más presente tengo en mi mente, no lo puedo evitar, llevo pensando en esta eliminatoria desde el mismísimo día del sorteo. Y este pasado fin de semana volvió a aparecer otro brote verde para darnos esperanzas.
Los de Jurgen Klopp perdieron un partido de la liga inglesa tras la salvajada de 45 jornadas invictos, desde enero de 2019. 3-0, en casa del Watford. No hay nada más ilusionante que comprobar que los todopoderosos no son tan poderosos. Ya rompimos los pronósticos en el partido de ida y esta derrota me hace creer todavía más que seremos capaces de eliminar al campeón de Europa y del mundo.
En los últimos años eliminamos al Chelsea, Bayern y Barça (¡por partida doble!), entre otros, que eran favoritos, ¿por qué no eliminar también al Liverpool?
Además será la segunda final en cinco días, porque el sábado recibiremos en el Metropolitano al Sevilla, rival directísimo por los puestos Champions. Me gusta que el partido previo a los reds sea otro encuentro trascendental. Una victoria sería un inyección de moral para que toda la plantilla vaya a Inglaterra con toda la confianza del mundo.
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