Alumnos de Formación Profesional en el instituto de Jesuitas de Bilbao.Luis Tejido / EFETras un periodo de duras negociaciones y tensión entre el Ministerio de Educación y las autonomías para establecer las condiciones para una vuelta segura a las aulas en septiembre, hay un asunto que no levanta ampollas y sobre el que hay unanimidad: el impulso de la Formación Profesional (FP). El ministerio ha anunciado este viernes que destinará un fondo extraordinario de 265 millones para potenciar esos estudios, crear 60.200 plazas nuevas, formar al profesorado en competencias digitales y crear nuevas aulas de emprendimiento e innovación para esos alumnos.Se trata de un programa de cooperación territorial en el que las autonomías no tendrán que aportar fondos, pero sí se comprometen a ejecutar cinco acciones estratégicas para optimizar los estudios de FP. “Existe una creciente demanda de plazas de FP y de nuevas titulaciones que responden a las necesidades contemporáneas, como big data, inteligencia artificial o internet de las cosas”, ha explicado la ministra Isabel Celaá a los consejeros autonómicos de educación en la conferencia sectorial celebrada de forma telemática este viernes.Aunque no existen datos a nivel nacional de la falta de plazas, la directora general de FP, Clara Sanz, aseguró en declaraciones a este periódico el pasado septiembre que el ministerio tiene “identificado” el problema, y aseguró que su objetivo es crear unas 250.000 en los próximos cinco años. En algunas regiones, como la madrileña, más de 30.000 alumnos se quedaron en lista de espera en el curso 2018-2019, según datos del sindicato CC OO.Además de la creación de nuevas plazas, las comunidades agilizarán los trámites para acreditar las competencias profesionales en trabajadores que, a pesar de desempeñar su actividad laboral a diario, carecen de esa certificación, lo que dificulta su acceso a mejores empleos y condiciones laborales. El objetivo del plan es llegar a 500.000 personas en 2020.En España, la tendencia al alza en las matrículas en FP se consolida. El pasado curso 2019-2020 esas aulas sumaron 23.000 alumnos más: 861.906, según el informe Datos y Cifras publicado por el Ministerio de Educación. En la última década, el porcentaje de estudiantes que se han decantado por esta rama ha crecido un 77% (en 2008 eran 486.000), pero España sigue por debajo de la media de los países de la OCDE y tiene una de las peores tasas de escolarización en FP de grado medio: el 12% frente al 26% de media de los países que integran la organización.En los últimos años, el empleo dirigido a titulados en FP prácticamente ha alcanzado al de los graduados universitarios en España: un 40,3% de las ofertas de trabajo se dirigieron a candidatos con esa formación en 2018, ocho puntos más que en 2017 y solo 0,2 puntos menos que las que se ofertaron a titulados universitarios. Según una proyección sobre el futuro del empleo elaborada por la agencia Cedefop, de la Unión Europea, en 2030 los nuevos puestos de trabajo que se crearán en España requerirán un 65% de profesionales con cualificaciones medias —Formación Profesional— y un 35% con altas —FP de grado superior y graduados universitarios—.El curso 2016-2017, el número de alumnos de FP (básica, media y superior) ya superó al de bachillerato (793.000 frente a 697.000); el pasado curso se repitió: 861.906 frente a 672.524 —los alumnos de bachillerato crecieron en 5.098—. En la Universidad hubo más de 1,2 millones de matrículas.Siga EL PAÍS EDUCACIÓN en Twitter o FacebookApúntese a la Newsletter de Educación de EL PAÍS
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