El Inter se lleva la Coppa tras una final eléctrica

El Inter se lleva la Coppa tras una final eléctrica

Después de 120 minutos y varias vidas entre medias, el Inter de Milán se proclamó campeón de la Coppa de Italia en una final que fue una auténtica oda al fútbol llena de emoción, goles, colorido y, sobre todo, pasión.

Una pasión que fue la que llevó al equipo de Inzaghi a no dejar de creer pese a que se vio contra las cuerdas y coronarse gracias a dos goles de Perisic en la prórroga que le otorgan su octava Coppa. La Juventus se queda en blanco esta temporada.

Una final muy ‘final’

Desde el principio de la final, interpretación del himno italiano incluida, la noche tuvo una intensidad tremenda. El Olímpico de Roma rugía en idioma neroazzurri en una curva y bianconero en otra y eso hizo del partido un espectáculo digno de disfrutar.  

A la causa contribuyó también inmediatamente Nicolò Barella con un golazo para abrir el marcador. El menudo centrocampista italiano le atizó un derechazo a la pelota y la enjauló en la meta de Perin para adelantar a los suyos. El partido solo tenía seis minutos de vida y ya estaba desequilibrado.

Así, la Juventus se activó llegados al primer cuarto de hora y comenzó su estrategia: balones a Dybala, que sabe jugar y balones a Vlahovic, que sabe marcar. Y aunque estuvieron cerca en varias ocasiones, no lograron el empate. Culpa de ello la tuvo Handanovic con tres paradas de escaparate. Y para poner más madera, Morata entró al campo en sustitución del lesionado Danilo y con ello se llegó al descanso.

La vieja señora casi lo logra

Y ya en la segunda parte, el partido giró hacia la Juventus en un visto y no visto. Dos zarpazos casi seguidos de Alex Sandro y Vlahovic, aliados eso sí con la diosa fortuna, pusieron por delante a los de Allegri y dejaron al Inter noqueado y sin saber encajar lo que vino después.

Pero en el fútbol, ya se sabe, nada es totalmente cierto hasta que lo dice un marcador y así, en una jugada aislada, Lautaro provocó un penalti que Çalhanoglu colocó en la misma escuadra para mandar la final a la prórroga. Un clásico de las finales.

Y en el tiempo extra, más emoción. El Olímpico de Roma, ya afónico, volvió a vibrar en la zona lombarda cuando el árbitro, tras consulta de VAR, decretó un nuevo penalti para el Inter. Los dos los había cometido De Ligt. Mala noche la del neerlandés. Perisic lo transformó con la misma maña que su compañero para, solo minutos más tarde, volver a ensayar un perfecto disparo desde fuera del área que puso el 2-4 final y la locura en la grada neroazzurri que ya sabe que, pase lo que pase a final de temporada en la Serie A, ellos ya han mordido metal. 




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