El modelo de éxito de ‘FIFA 21’: más cromos y pachangas que realismo

La nueva edición de la saga de videojuegos FIFA aterrizó el pasado mes de octubre en las consolas de los jugadores de todo el mundo con aires de revolución, ante el inminente lanzamiento de las nuevas consolas de Xbox y PlayStation. Pero el consenso general de los expertos es que los cambios con profundidad tendrán que esperar a versiones futuras, en las que los gráficos de Next Gen tratarán de cambiar las reglas del juego. A pesar de tratarse de un capítulo continuista, en FIFA 21 sí que se experimentan evoluciones en algunos aspectos de la jugabilidad, especialmente a través de las mejoras en el regate y en la mayor dificultad a la hora de defender. Ahora, los partidos en línea entre jugadores acaban con resultados muy abultados y unos regates más propios del fútbol callejero que el de competición real.

“Con el FIFA 20, la gente se quejaba de que se marcaban pocos goles, y ahora la gente se queja de que recibe muchos. ¿Cuál es el modelo bueno, el arcade, que es más divertido, pero te da más disgustos, o una simulación que nos recrea un partido de Liga con cero tiros a puerta?”, se pregunta Toniemcee, experto en el mundo de los videojuegos, y presentador de El Córner, de EA Sports. El youtuber protagoniza el formato audiovisual de la casa del juego, y una gran parte de sus contenidos están dirigidos al nuevo formato estrella del FIFA, el modo Ultimate Team. “Nació como un modo en el que coleccionabas cartas de jugadores, creando un equipo de ensueño con jugadores de todo el mundo”, explica Toni en el vídeo que acompaña a esta noticia.

Ahora, los niveles de personalización llegan a todas las esquinas del campo, con la posibilidad de elegir la equipación, el tifo del estadio o la decoración del mismo que desee entre un sinfín de opciones de entre equipos reales, de profesionales de los videojuegos o los propios diseños del juego. Dentro del modo, el jugador puede jugar contra la máquina en Squad Battles, contra otros jugadores en Division Rivals, o hacer desafíos con las propias cartas para adquirir jugadores de mayor nivel.

El modelo de éxito de ‘FIFA 21’: más cromos y pachangas que realismo

Pero este modelo no acaba de conectar con todos. Es el caso de Nacho González, presentador de La Media Inglesa y narrador de la Premier League en DAZN. Es usuario desde que era un niño y ha crecido queriendo simular en la consola los éxitos de los equipos que veía por el televisor, en la década de los 2000, cuando PES y FIFA competían por hacer el mejor simulador. “Creo que Ultimate Team es una excelente idea, pero no siento especial interés por lo que se compite en ese modo, y me motiva más ganar una Champions League, por ejemplo”, opina. González comprende que FIFA apueste por el modelo online, que favorece el estilo ofensivo, pero no acaba de sentirse cómodo jugando con desconocidos en Internet: “Me siento parte de un grupo que se calienta demasiado contra personas que no conozco, y luego con la máquina no me pasa. Y yo no juego a videojuegos para enfadarme”. González asegura que ha recibido mensajes amenazantes de otros jugadores, y aunque no los ha tomado en serio, reconoce que le sorprende lo personales que se vuelven los duelos contra otros jugadores.

El lado oscuro de los FIFA Points

Ilie Oleart es compañero de Nacho en La Media Inglesa, y juntos desgranan la actualidad del futbol británico en YouTube. Oleart era un gran aficionado del juego , pero dejó de jugar regularmente hace varios años. Él quería recrear la realidad de la gestión diaria de un club y lo ha encontrado en Football Manager, un simulador de fútbol con una ingente base de datos que permite gestionar cada uno de los aspectos de una institución futbolística.

El director del canal de YouTube veía el FIFA como una actividad social, cuando se juntaba con hasta ocho amigos en un salón para jugar por las tardes. Ahora, no está muy seguro de hasta qué punto se interactúa con otro jugador del que no se sabe nada y con el que no se establece comunicación. Pero lo que más le preocupa son algunas cosas que ve de profesionales del juego, como vídeos de los youtubers rompiendo mandos de la consola o mobiliario al perder, o en los que aseguran haber gastado decenas de miles de euros en conformar un equipo a través de los FIFA Points, con los que se pueden comprar sobres.

“Creo que debería haber un control. Es un juego orientado principalmente a menores, y me parece que existe un riesgo evidente de adicción y de gasto excesivo”, asegura sobre los FIFA Points. Oleart lo compara con la publicidad de las casas de apuestas y teme que cambie la función lúdica del videojuego: “parece que el objetivo de todo esto ya no sea divertirnos, sino ganar, y eso tiene algo de perverso”. Sea como sea, FIFA21 ha refinado sus mecánicas y un año más promete un espectáculo multitudinario que llegará a todos los rincones del mundo. Jugabilidad o realismo. Afición o competición. El legado de la saga de fútbol más existosa del momento se enfrenta con su propio futuro. Veremos cómo acaba el partido.


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