El neurocientífico Francisco Mora: “El maestro es insustituible, en la pantalla solo ves un sesgo de cara”

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El paso de un instituto a la Universidad es un rito iniciático emocionante y complejo. Por eso la coordinadora de estudiantes CREUP pidió a los rectores y al ministro Manuel Castells que priorizaran la presencia de los debutantes en las aulas. Castells ha omitido esta posibilidad en las instrucciones de comienzo de curso que ha hecho públicas este jueves, y ahora falta por ver cómo actúan los rectores.En contra de los novatos juega que son los grupos más numerosos —a medida que pasan los cursos, hay menos alumnos en el aula porque se eligen más materias optativas y en estas hay menos matriculados—. Y, si las universidades no quieren que los profesores repitan la lección presencial para no sobrecargarles con horas lectivas, en muchos casos solo caben en los aularios más grandes para respetar el metro y medio de separación física. Pero los novatos tienen una baza irrefutable a su favor: los números. “Las tasas de abandono de los estudios son más altas en los primeros cursos, no se les puede dejar solos cuando están empezando, que es cuando estás más perdido”, explica Carolina García, presidenta de CREUP y estudiante del grado de Matemáticas y Estadística de la Universidad Complutense.Uno de cada cuatro alumnos deja la carrera, lo que supone un gran fracaso personal e institucional. Y casi todos desertan el mismo año que se matriculan por primera vez. El 18,2% lo hicieron en las facultades públicas presenciales el primer año del 2015-2016 —los últimos datos ofrecidos por los rectores—, casi cuatro puntos más que en 2009. Cuanto más baja es la nota con la que entró en la Universidad, más alta es la posibilidad de que el alumno abandone. Y la deserción es muy diferente por ramas: de los demandados grados de Ciencia de la Salud pocos se quieren ir (15%), mientras que se van el 36% en las ingenierías. Mucho abandono se concentra también en los grados de Humanidades, los que tienen más clases magistrales y que, por tanto, menos van a pisar las aulas desde septiembre.Francisco Medina, presidente de los decanos de Psicología, no es partidario de que se tome como medida el curso iniciático. “Hay que elegir la presencialidad en función de las competencias que se quieran entrenar en cada asignatura. Lo más sensato es que la parte más conceptual sea online”. Medina no cree que los nuevos estén tan perdidos, “depende de la titulación y la facultad”. “Para muchos alumnos la Universidad supone un cambio de ciclo, pero para otros supone una continuación. Los procesos de adaptación no los hace todo el mundo a la vez. Y tienen que ver con muchas razones: para los que cambian a una carrera con la que no tienen relación previa, probablemente la transformación sea mayor que para el que estudie Historia, que es una asignatura que ya ha visto”.Sigue EL PAÍS EDUCACIÓN en Twitter o Facebook.


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