En el verano de 2015 José
Luis
Mendilibar regresó al banquillo del Eibar para iniciar una segunda etapa que continuará esta temporada tras la renovación del técnico de Zaldibar. Cuatro años después de su llegada, tres son los jugadores que se mantienen junto a él formando el núcleo duro de un equipo que intenta siempre mantener un grupo de jugadores con peso y ascendencia en el vestuario. Como Mendilibar, estos tres futbolistas también llegaron en el verano de 2015.
Sergi
Enrich, Gonzalo
Escalante e Iván
Ramis son a día de hoy los tres ‘veteranos’ del equipo. Tres jugadores sobre los que Mendilibar tiene depositada su confianza a la hora de gestionar el vestuario. Como el técnico, tanto Enrich como Ramis han renovado su contrato, mientras Escalante finalizará su vinculación en 2020.
Mendilibar es, por ejemplo, el gran responsable de que año tras año el club renueve a Iván Ramis. Él mismo lo confirmó hace unos meses: “Si Mendilibar no hubiera estado, yo no estaría aquí porque sé que el club no quería renovarme. Es decir, que yo siguiera aquí. Es cosa del entrenador que yo siga en el Eibar”.
Y el propio técnico se ‘mojó’ en su día a favor de Sergi
Enrich, lanzando una queja pública al club por no tener solucionada su continuidad: “Ha demostrado que está a gusto en el Eibar. Siempre pensamos que los que aman los colores del club son gente de la tierra y también hay gente de fuera que lo siente. Tenía las manos libres para hacer lo que quisiera. El club no debería haber llegado a esta situación”.
Luego, tras estampar su firma, el balear dejó claro que “si he renovado es porque espero que él lo haga mañana. No hay ningún jugador fundamental en el equipo pero el vestuario sabe que el míster sí lo es”.
Escalante no es ni mucho menos un fijo para el técnico de Zaldibar, pero seguramente sea el jugador número 12 de la plantilla y alguien de su total confianza.
A todos ellos podría sumarse un cuarto futbolista que reforzaría ese núcleo duro. Es Asier
Riesgo quien tiene una propuesta para renovar por una temporada más y que, como sus compañeros, llegó al club en aquel verano de 2015. Mendilibar le considera vital, sobre todo por su peso en el vestuario del Eibar y es uno de los principales culpables de que el debarra pueda seguir en el club si finalmente acepta la propuesta armera.
Todos ellos son jugadores por los que Mendilibar ha dado la cara. Son su núcleo duro.
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