El papa Francisco reaparece para presidir la Misa Pascual

El papa Francisco reaparece para presidir la Misa Pascual

El papa Francisco pidió evitar los sentimientos de “derrota” y no perder la esperanza en los actuales “tiempos de guerra”, durante su reaparición ante la Misa Pascual celebrada este sábado por la noche en la Basílica de San Pedro.

El pontífice, quien justo hace una semana salió del hospital tras ser ingresado por una bronquitis, presidió el rito desde el altar como lo hizo el año pasado debido a sus problemas de rodilla y solo leyó la homilía de esta celebración que conmemora la espera ante la resurrección de Jesús.

De acuerdo con estimaciones de la Santa Sede, unos 8 mil fieles vivieron en persona los momentos más simbólicos de la Misa Pascual como la bendición del fuego, el encendido del cirio pascual y la inscripción de la primera y la última letra del alfabeto griego (alfa y omega), que simbolizan que Dios es el principio y el fin.

La ceremonia comenzó a oscuras con una solemne procesión que recorrió la imponente Basílica de San Padre, a la que el Pontífice llegó en silla de ruedas. El templo fue iluminándose gracias a los asistentes, entre los que había 40 cardenales y 25 obispos, que encendieron uno a uno los cirios para poner fin a la oscuridad, que representa la ausencia de luz tras la muerte de Jesucristo.

En esta larga ceremonia, de casi tres horas, se leen pasajes del Antiguo y Nuevo testamento de la Biblia, en idiomas como el latín, italiano, francés y español. Además, se sigue la tradición de los primeros años de la Iglesia, la de los catecúmenos, los adultos que aspiraban a convertirse al cristianismo.

Siguiendo la tradición de los primeros cristianos, el papa Francisco también bautizó desde su silla a ocho adultos de Albania, Estados Unidos, Nigeria, Italia y Venezuela.

El papa pide no perder esperanza en tiempos de guerra

En su discurso de un mundo en guerra y en el que a veces “parece prevalecer la ley del más fuerte”, Francisco pidió no dejarse llevar por los sentimientos de “derrota” con el significado de la Pascua como razón para “no perder la esperanza”.

Nos hemos sentido impotentes y desalentados ante el poder del mal, los conflictos que desgarran las relaciones, la lógica del cálculo y la indiferencia que parecen gobernar la sociedad, el cáncer de la corrupción, la propagación de la injusticia, los vientos helados de la guerra.

Mañana, si no se anuncian otros cambios, Francisco tiene previsto celebrar la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, donde pronunciará su mensaje de Pascua e impartirá la bendición Urbi et Orbi.


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