Antony Blinken y el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, este sábado en el paso de Korczowa, en la frontera entre Polonia y Ucrania.

El presidente Zelenski pide al Senado de Estados Unidos más aviones y que deje de comprar crudo ruso

Antony Blinken y el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, este sábado en el paso de Korczowa, en la frontera entre Polonia y Ucrania.
Antony Blinken y el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, este sábado en el paso de Korczowa, en la frontera entre Polonia y Ucrania.OLIVIER DOULIERY (AFP)

Una reunión por Zoom celebrada este sábado entre el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el pleno del Senado de EE UU ha puesto sobre la mesa cómo se consolida el apoyo estadounidense al país eslavo. El contacto —el primero directo desde el inicio de la invasión— se ha producido en vísperas del debate en el Congreso sobre la aprobación de un paquete de 10.000 millones de dólares en ayuda, y ha dado a Zelenski la oportunidad de exponer las necesidades más perentorias de su país para afrontar la agresión rusa. Según el líder de la mayoría demócrata en la Cámara alta, Chuck Schumer, el mandatario ha solicitado más aviones, que EE UU deje de importar crudo ruso y excluir a Moscú del sistema internacional de pagos con tarjeta de crédito. Mientras, en el Kremlin, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, se ha reunido con el presidente Vladímir Putin y se ha ofrecido como mediador entre Moscú y Kiev.

En un comunicado, Schumer calificó la petición de Zelenski de “llamamiento desesperado”. “Estos aviones son muy necesarios. Y haré todo lo que pueda para ayudar a la Administración a facilitar su transferencia [a Ucrania]”, añadió Schumer, en referencia a aviones de fabricación soviética disponibles en Polonia y Rumania. La OTAN debería canjear después esos préstamos por aparatos más modernos, explicó en Twitter el legislador demócrata Brad Sherman, uno de los asistentes a la reunión. En la videoconferencia, en la que Zelenski apareció vestido con la camiseta del ejército y una bandera ucrania al lado, han participado el pleno del Senado (100 escaños, divididos a partes iguales entre demócratas y republicanos) y los 80 miembros del caucus ucranio del Congreso. A principios de semana, la embajadora de Ucrania en EE UU, Oksana Markarova, se reunió con miembros del Senado y les adelantó que Ucrania necesita más suministros para combatir al ejército ruso, cuya capacidad supera la de Ucrania, sobre todo en fuerza aérea.

El primer ministro israelí se ha reunido este sábado en el Kremlin con Vladímir Putin para mantener conversaciones sobre la guerra en Ucrania, según ha informado un portavoz del Gobierno de Israel. Bennett se ha ofrecido en los últimos días para mediar entre Rusia y Ucrania tras haber hablado por teléfono el pasado miércoles con Putin y el presidente ucranio, con quien ha vuelto a contactar tras su visita al Kremlin. La presencia militar rusa en Siria, donde la aviación israelí lanza ataques periódicos contra fuerzas proiraníes, ha llevado a Bennett a evitar condenar expresamente la invasión rusa y a rechazar las peticiones de envío de armas de Kiev. Desde Moscú, donde mantuvo una entrevista de tres horas de duración, el primer ministro israelí ha proseguido viaje a Berlín para reunirse esta noche con el canciller alemán, Olaf Scholf, quien ya le visitó en Jerusalén el pasado miércoles, según informa la prensa hebrea.

El jefe del Gobierno acudió a Moscú acompañado por el ministro de Vivienda, Zeev Elkin, de origen ruso. Cerca de un millón de israelíes, un 15% de la población, proceden de la diáspora que emigró al Estado judío tras la descomposición de la Unión Soviética. El ultranacionalista religioso Bennett ha viajado desde Tel Aviv en pleno sabbat, el día sagrado judío que prohíbe expresamente los desplazamientos en avión, por la dispensa que representa, según la ley judaica, actuar con la misión de salvar vidas.

Zelenski, también de origen judío, ha hablado también en varias ocasiones con el presidente Joe Biden, la última de ellas este jueves. Un día después, el mandatario ucranio pronunció un feroz discurso en el que criticó a la OTAN por negarse a declarar una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, alegando que el rechazo ha dado a Rusia “luz verde” para continuar bombardeando su país. La petición ha obtenido de momento el rechazo bipartidista en Washington porque implicaría la participación en el conflicto de fuerzas estadounidenses bajo el paraguas de la OTAN, lo que equivaldría a un enfrentamiento directo con Rusia. La OTAN también ha descartado el establecimiento de la zona para evitar una guerra mundial. Moscú considerará beligerantes a cualquier país que participara en la ejecución de un plan semejante.

Pese al rechazo bipartidista a la idea, una amplia mayoría de los estadounidenses apoya la prohibición por la fuerza de los vuelos sobre Ucrania. Según un sondeo hecho esta semana por el instituto Ipsos para la agencia Reuters, el 74% de los encuestados, tanto republicanos como demócratas, defienden que EE UU y sus aliados de la OTAN impongan la exclusión aérea. El 80% apoya que su país deje de comprar petróleo ruso. Sobre este asunto, la Casa Blanca apuntó este viernes que sopesa reducir sus importaciones, aunque con cautela por temor a que un aumento de los precios de la gasolina alimente aún más la inflación, en máximos históricos. El sector energético es el menos afectado por las sanciones internacionales, como recordaba esta semana en un artículo el premio Nobel de Economía Paul Krugman.

Una opinión pública mayoritariamente favorable a Ucrania y la movilización de grupos de presión como el caucus ucranio en el Congreso o la comunidad ucrania de Nueva York, la más numerosa del país, así como varios rabinos añaden presión sobre la Casa Blanca. Antony Blinken, secretario de Estado, ha reiterado la negativa de Washington, para no provocar “una guerra a toda escala en Europa”. “El presidente Biden ha dejado claro que no vamos a entrar en guerra con Rusia”, dijo este viernes en Varsovia. “Polonia está haciendo un trabajo vital para responder a esta crisis… Ha hecho mucho para facilitar la asistencia de seguridad a Ucrania”, ha declarado este sábado el jefe de la diplomacia estadounidense, que se desplazó a Rzeszow, en la frontera con Ucrania. Polonia acoge a unos 10.000 militares estadounidenses, la mitad de ellos llegados en las últimas semanas.

Mientras, Washington ha autorizado hoy el plan de vuelo de un avión fletado por Rusia para repatriar a los 13 diplomáticos ante la ONU expulsados por Washington por espionaje. “Esta excepción [al cierre del espacio aéreo a aviones rusos] se hizo conforme a las regulaciones federales, para garantizar que el personal de la misión rusa y sus familias partieran antes de la fecha que habíamos indicado”, este lunes.




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