El punto de vista de José Luis Blanco sobre la victoria del Bilbao Basket


Cambiar para que todo siga igual. Es lo que se ha visto obligado a realizar un Bilbao Basket que sigue siendo el mismo, a pesar de los cambios a los que se ha visto obligado a realizar. Sin Brown ni Boutielle, Álex Mumbrú ha logrado que su equipo siga fiel a una solidaria propuesta coral en la que el jugador que ayer más jugó apenas superó los 23 minutos.



Ganando todo es más fácil. De este modo incorporar a los nuevos apenas se notó, aunque se le vieron las costuras a Serron por momentos, pero fue más lo que ofreció al grupo. Haws parece uno más, Sergio
Rodríguez sigue dando soluciones ofensivas y el crecimiento exponencial de Sulejmanovic sirve para que Balvin se suelte por momentos y Lammers mantenga en la partitura su “bajo continuo”.

Sin fisuras ante un Obradoiro que se olvidó de jugar al baloncesto tras el descanso. Sorprendente la desaparición del cuadro compostelano en el tercer acto. Sin negar el mérito defensivo del Bilbao Basket, resulta sorprendente la forma en la que los gallegos bajaron los brazos, tan solo Kostas
Vasileiadis dio sensación de querer competir.

Gran victoria para seguir en zona playoff y celebrar los 20 años de existencia del club que ayer, sorprendentemente, no tuvo referencia alguna a la celebración del Día Internacional de la Mujer. Sí pudimos unirnos al dolor de la familia de Rafa
Pueyo, persona de club y fundamental para entender el éxito deportivo las dos últimas temporadas.


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