El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio este viernes un varapalo al Gobierno de Joe Biden y con él a decenas de millones de estudiantes universitarios. Sus nueve jueces anularon la quita parcial que otorgó el Departamento de Educación a los préstamos de estudiantes universitarios en una sentencia publicada en el último día del ejercicio judicial . El fallo del alto tribunal perjudica especialmente a los estudiantes con menos recursos, en su mayor parte, latinos y afroamericanos. Para esos grupos es el segundo revés judicial en dos días después de que la mayoría conservadora del Supremo de seis jueces contra tres diese un golpe mortal a la discriminación positiva en el acceso a la universidad, en virtud del grupo étnico de los aspirantes.
La sentencia llega además en el momento en que está a punto de vencer la moratoria que se impuso al pago de esos préstamos con motivo de la pandemia y que lleva tres años en vigor. Esa moratoria prescribe en septiembre y los pagos se retoman desde octubre para las decenas de millones de estudiantes beneficiarios de esa pausa.
El Gobierno de Joe Biden aprobó conceder 10.000 dólares de condonación de deuda de forma generalizada. La cifra podía ascender hasta 20.000 dólares para los beneficiarios de la Beca Pell, un extendido programa federal con préstamos del Departamento de Educación del que se benefician unos seis millones de estudiantes de familias de rentas bajas.
Los prestatarios eran elegibles para recibir esta condonación parcial si su renta individual era inferior a los 125.000 dólares (250.000 para parejas casadas), lo que dejaba fuera al 5% de la población con rentas más altas. Según la Casa Blanca, la decisión podría beneficiar hasta 43 millones de personas, incluida la cancelación del saldo total restante para unos 20 millones.
Desde 1980, el costo total de las universidades públicas y privadas de cuatro años se ha triplicado, incluso teniendo en cuenta la inflación. Las Becas Pell llegaron a cubrir casi el 80 por ciento del costo de un título de una universidad pública de cuatro años para estudiantes de familias trabajadoras, pero ahora solo cubren un tercio. Esto ha dejado a muchos estudiantes de familias de bajos y medianos ingresos sin otra opción que pedir un préstamo si quieren obtener un título universitario en un país donde las matrículas tanto de las universidades públicas como de las privadas son mucho más caras que en el resto de los países desarrollados.
La Casa Blanca alegó que la vertiginosa deuda acumulada de los préstamos estudiantiles federales (1,6 billones de dólares y en aumento para más de 45 millones de prestatarios) es una carga importante para la clase media estadounidense. “Los prestatarios de clase media luchan contra los elevados pagos mensuales y los saldos crecientes que les dificultan acumular riqueza, como comprar casas, ahorrar dinero para la jubilación y comenzar pequeñas empresas”, sostenía.
Para los prestatarios más vulnerables, los efectos de la deuda son aún más devastadores. Según un análisis realizado por el Departamento de Educación de una cohorte reciente de estudiantes universitarios, casi un tercio de los prestatarios tienen deudas, pero no tienen un título. Muchos de estos estudiantes no pudieron completar su carrera porque el coste de la matrícula era demasiado alto.
Alrededor del 16% de los prestatarios está en mora, lo que puede resultar en que el Gobierno embargue los salarios de un prestatario o reduzca el puntaje crediticio de un prestatario, incluido casi un tercio de las personas mayores con deuda estudiantil, según estimaciones del Departamento de Educación. La carga de la deuda estudiantil también recae desproporcionadamente sobre los prestatarios negros. Veinte años después de inscribirse por primera vez en la escuela, el estudiante negro que comenzó la universidad en el año escolar 1995-96 todavía debía el 95% de su deuda estudiantil original.
[Noticia de última hora. Habrá ampliación en breve]
Source link