Si LeBron no quería jugar, no podía ser demasiada buena idea viajar a Atlanta y montar todo el paripé del fin de semana All Star, por muy comprimido y seguro que este fuera. La estrella de los Lakers, que es perro viejo y buen diplomático solventó la papeleta jugando solamente en la primera mitad de una auténtica paliza del Team LeBron por 170-150 sobre el Team Durant, que no pudo estar por lesión junto a sus elegidos.
El partido lo salvaron Stephen Curry, la estrella que más brilló en el All Star exprés de la pandemia con su victoria de récord en el concurso de triples y su espectáculo total en el partido de las estrellas con 28 puntos, y un Giannis Antetokounmpo que fue el único que se puso el mono de trabajo con un encuentro perfecto de 35 puntos y una serie de tiros de campo sin fallo de 16 de 16, con un 3 de 3 en triples incluido.
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El griego fue elegido MVP del choque en una decisión complicada que incluyó al propio Curry y a Dame Lillard.
El encuentro no tuvo historia, y esa es la cruda realidad del evento: el Team LeBron ganó todos los cuartos y en el último llegó con tal ventaja que tardó bien poco en resolver sin emoción la anotación designada de la puntuación más alta en el tercer cuarto más 24 puntos, un homenaje a Kobe Bryant estrenado el año pasado por la liga. Al descanso, el equipo de LeBron alcanzó los 100 puntos y se fue más de 20 arriba en el casillero.
El formato y las formas decepcionaron en época de pandemia, sin el calor del público ni la motivaciones de muchas de las estrellas. Nada se supo de LeBron, muy poco de Leonard y no demasiado de Luka Doncic, que pese a declararse motivado para la cita se quedó en un segundo plano tanto en los concursos como en el partido.
El mejor tramo de la noche se dio justo antes del descanso, cuando Lillard enchufó un triple desde la línea de medio campo en el minuto final y Curry, de su propio equipo, le quiso contestar en la siguiente jugada con otro triple idéntico para cerrar el cuarto y dejar claro que la única competición de la noche se daría entre jugadores con camiseta amarilla.
Curry y Anteto se jugaron el MVP en el cuarto definitivo (se coló Lillard de por medio con 32 puntazos) después de liderar al equipo de LeBron con un primer cuarto fulgurante que terminó igualado gracias al esfuerzo de Kyrie Irving, de los pocos jugadores que hizo algo para el equipo de Durant con 24 puntos y 12 asistencias.
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Luego Curry se animó tanto que llegó a colgarse del aro con un mate tremendo a alley-oop de Chris Paul. Después el mismo Curry le dio una asistencia a CP3 para que este se colgara en la secuencia más ilógica de la noche, que precedió la locura de medio campo entre los dos candidatos a MVP. Lillard, de hecho, cerró con dos triplazos desde su casa el encuentro y puso las cosas difíciles a los votantes.
El resto fue una serie de fogonazos de algunas estrellas: un mate de Doncic por aquí, dos triples cayendo hacia atrás en suspensión de Jaylen Brown y algún alarde de juego de piernas y habilidad de James Harden. Como curiosidad, Chris Paul logró 16 asistencias que le colocan como el máximo asistente del partido de las estrellas por delante de Magic Johnson.
Ficha técnica
Team LeBron 170: James (4), Antetokounmpo (35), Jokic (6), Doncic (8), Curry (28) –quinteto titular–; Lillard (32), Paul (6), Gobert (10), Brown (22), George (17), Sabonis (2).
Team Durant 150: Leonard (8), Tatum (21), Williamson (10), Beal (26), Irving (24) –quinteto titular–; LaVine (13), Vucevic (5), Harden (21), Randle (4), Mitchell (15), Conley (3).
El encuentro, con foco benéfico,
permitió recaudar más de un millón de dólares para la fundación designada por el equipo de LeBron, que se llevó todos los incentivos que antaño funcionaron magníficamente bien para motivar a todo el mundo en Chicago.
En Atlanta, sin público y agotados por un calendario inhumano, el espectáculo quedó diluido y desvirtuado. Todo vale en época de vacas flacas, y más en la meca del negocio del baloncesto.
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