De nada han servido los reiterados llamamientos del Tesoro y la Casa Blanca para resolver un bloqueo político de consecuencias imprevisibles. El Gobierno de EE UU ha alcanzado este jueves su límite de endeudamiento de 31,4 billones de dólares, lo que podría desembocar en una crisis fiscal a corto plazo, dado que la Cámara de Representantes está controlada por los republicanos y estos usarán su mayoría parlamentaria para exigir a Biden y al Senado, en manos demócratas, nuevos recortes de gasto. El Congreso se convierte así en fiel de una balanza que puede desequilibrar el resto del mandato del presidente demócrata. La perspectiva de un impago sin precedentes, el primero, se cernerá sobre la escena política durante los próximos meses, en una coyuntura de incertidumbre por el temor a una recesión en 2023.
El plazo que hoy se alcanza no tendrá ningún efecto inmediato, porque el Tesoro ha adoptado medidas de emergencia para evitar incumplir sus obligaciones. El riesgo más perentorio se verá en junio, cuando el Gobierno se acerque a la llamada fecha X, más allá de la cual el Tesoro se quedaría sin liquidez de emergencia ni margen de maniobra para afrontar pagos ineludibles. Washington tiene las manos atadas a la hora de emitir deuda frente al Congreso, el único competente para elevar ese techo según crea conveniente, un límite usado a menudo como moneda de cambio político.
El límite de deuda es la cantidad total de dinero que el Gobierno estadounidense está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones legales y poder pagar los beneficios del Seguro Social y Medicare, los salarios de los militares, los intereses sobre la deuda nacional, los reembolsos de impuestos y otros desembolsos. El del techo de la deuda es un thriller político que se repite periódicamente: Estados Unidos evitó en octubre de 2021 el primer impago federal de la deuda con un acuerdo político in extremis.
Ninguna de las dos partes han dado muestras de acercamiento al respecto pese al apremio del calendario; al contrario, numerosos republicanos han insistido en los últimos días en su exigencia de recortar el gasto federal durante la próxima década. En una carta enviada el pasado día 13, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, había urgido a los republicanos a reconsiderar su oposición a elevar el techo de la deuda. Este jueves, ha informado en un comunicado de las “medidas extraordinarias” que ha adoptado el departamento que dirige para afrontar el impasse al tiempo que solicitaba a los líderes del Congreso elevar el techo de la deuda cuanto antes para evitar un impago sin precedentes. El mensaje fue enviado como comunicación oficial al presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y al líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries.
El Tesoro ha aprobado un “periodo de suspensión de emisión de deuda” desde este jueves hasta el próximo 5 de junio. “Mis predecesores [al frente del Tesoro] han declarado periodos de suspensión de emisión de deuda en circunstancias similares”, recuerda Yellen. Las medidas excepcionales implican suspender hasta entonces la reinversión del fondo de inversión en valores gubernamentales del plan de ahorro y retiro de empleados federales.
Los republicanos se oponen al gasto público
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Yellen recuerda que resultarán especialmente afectados los empleados del servicio postal, en lo tocante a sus pensiones de jubilación e invalidez. El servicio de correos es objeto de las críticas de los republicanos desde los días de la Administración de Donald Trump, como epítome de un gasto público a su juicio innecesario. Durante la campaña que le llevó a la presidencia, en 2016, y en la de la reelección, en 2020, el republicano arremetió contra el servicio postal como la encarnación de todos los males de lo público, en abierta oposición a su modelo de gestión privada del sistema penitenciario. Correos y prisiones se convirtieron entonces en emblemas definitorios de ambos bandos.
“Como señalé en mi carta del 13 de enero, el periodo de tiempo que pueden durar las medidas extraordinarias está sujeto a una incertidumbre considerable, incluidos los retos que plantea la previsión de los pagos e ingresos del Gobierno de EE UU a meses vista. Insto al Congreso a que actúe con prontitud para proteger la plena fe y el crédito de los Estados Unidos”, concluye el mensaje de Yellen.
La secretaria del Tesoro ya ha dicho que es “improbable” que el Gobierno se quede sin liquidez antes de “principios de junio”. La fecha del abismo depende de una serie de factores, incluidos los ingresos fiscales. Su carta es el pistoletazo de salida a una batalla legislativa que se prevé dure meses, dado que el Congreso está dividido como resultado de las elecciones de medio mandato celebradas el pasado noviembre, con los republicanos controlando la Cámara de Representantes, la Cámara baja, y los demócratas aferrándose al Senado, la Cámara alta. Los republicanos controlan la baja por un estrecho margen de siete escaños, lo que significa que una gran minoría de conservadores puede obstaculizar la aprobación de leyes.
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