Envidia sana: ¿Existe y es saludable?

La envidia en sí no es muy buena. Pero no todas las envidias son iguales porque existe la envidia sana que puede resultar útil e incluso saludable para las personas.

Según una investigación, se concluyó que existen importantes diferencias entre dos tipos de envidias, como hemos apuntado, la buena y la mala.

En el estudio se determinó que las personas que experimentan envidia sana o benigna centran sus pensamientos no en aquel que posee algo que desean sino en lo que poseen y  quieren para sí mismas.

Hay más investigaciones que hablan de los diversos tipos de envidia. Por ejemplo, un nuevo estudio de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, dio a entender que hay envidia de cosas que realmente no han pasado. Durante el mes de febrero, se experimentó que las semanas anteriores a la celebración de San Valentín o día de los enamorados la envidia crecía y luego, una vez pasada la celebración, disminuía.

Otros estudios explican que la envidia sana puede llegar a ser positiva para motivarnos y autorrealizarnos. Es decir, que si otros pueden conseguir diversas cosas, tales como estudiar inglés o sacarse una carrera nosotros también podemos hacerlo.

Pero no todos los expertos coinciden en que la envidia sea tan sana y que realmente esta admiración o superación sea envidia. Algunos psicólogos apuntan a que se trata de una motivación extrínseca, y otra persona nos inspira para conseguir determinadas metas en la vida.

Por tanto explican que superarnos a nosotros mismos es algo que se consigue con esfuerzo y trabajo, y que por tanto es mejor no mirar tanto a los demás y dejar de lado qué les funciona  a otras personas.

Como vemos hay opiniones dispares, pero son muchos los que se apresuran en asegurar que la envidia es mala siempre. Pues al final se trata de un sentimiento malo y que la envidia sana es algo que existe porque se camufla, pero al final es envidia al fin y al cabo. Pero si debemos sentir y expresar algún tipo de envidia, entonces siempre es mejor que no sea mala y nos decantemos por la benigna o sana.

 


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