Erika: “El fútbol es lo que me apasiona”


15 temporadas, 390 partidos y 260 goles como rojiblanca en su haber. Erika Vázquez (Iruñea, 16-2-1983) es un auténtica institución en el Athletic femenino. La jugadora navarra aprovecha este parón competitivo para dialogar con MD sobre el club bilbaíno, el fútbol y la propia vida. La voz de la experiencia.



¿Cómo ha sido su confinamiento?

Recluida, en Castro, en casa. Yo soy de Pamplona, pero mi madre es de riesgo. Desde que nos dejan correr ha sido otra cosa. Pasas tantas horas sola que ni discutes con nadie.

¿Qué tal lo ha llevado?

Bien. Ya han pasado más de dos meses. Al principio fue la novedad y luego intentando normalizar la situación poco a poco.

¿Y a nivel de entrenamientos?

Antes nos conectábamos todos los días por vídeoconferencia para entrenar todas a la vez, pero desde que podemos salir a correr ya no lo hacemos a diario. Lo de las bicis estáticas fue todo un acierto, a mí personalmente me dio la vida. La bici y las cintas. Seguimos en contacto con el equipo, ahora ya menos, pero hasta hace poco era seis días a la semana.

Con esto del coronavirus me queda claro que hay que saber valorar el día a día y aprovechar el momento

¿Y qué lección de vida saca de esta pandemia del coronavirus?

Ha sido duro. He intentado no poner mucho la tele porque al final de cada día era un desastre. Te das cuenta de que la cosa es complicada. Ver gente con mascarilla, todas las personas que han fallecido. Ahora valoras mucho más las cosas que antes no valorabas. Las cosas del día a día: bajar a por el pan, dar un abrazo, poder estar con gente que quieres, tomar un café con tus amigas. Me ha quedado claro que hay que saber valorar el día a día y aprovechar el momento.

Hablemos de fútbol. ¿Le parece bien la suspensión definitiva de esta Liga Iberdrola?

Todas hubiésemos querido jugar, pero en estas circunstancias es complicado. Al final se ha tomado esa decisión porque era la mejor para todos. En estos momentos hay que mirar por la salud. Si volvemos todas y estamos todos el año que viene, habrá merecido la pena.

De lo que no se libra el Athletic femenino es del gafe de la Copa.

No sé qué decir ya de la Copa. Está maldita. La ilusión que había en el club, con los chicos también en la final… Nos vino de sopetón, pero ya se jugará la semi la próxima temporada con público.

¿Seguirá en activo el año que viene, por tanto?

Tengo otro año más. En estos meses además he cogido más fuerza, ilusión y ganas. Ojalá podamos empezar a entrenar, al final tienes mono.

¿Lo ve factible?

Todavía quedan algunas cosas por concretar, pero la idea es esa: volver a los entrenamientos unas semanas antes de dar por finalizada la temporada.

Me decían sus compañeras que en la vuelta al entrenamiento seguro que usted iba a ser la que mejor estaba físicamente de todas.

Eso son horas que les llevas de entrenamiento, pero sí que es verdad que me gusta cuidarme. Si hay opción de volver a hacer algo, trataré de llegar lo menos desadaptada posible. La exigencia te lleva a cuidarte muchísimo más. Cuánta más edad tienes, más se complican estos parones porque te cuesta arrancar mucho más.

Si volvemos todas y el año que viene estamos todos, la suspensión de nuestra Liga habrá merecido la pena

Esa misma línea argumental esgrimió Aduriz para precipitar su retirada.

La verdad es que no me lo esperaba y, aunque ha sido muy emotivo y especial, sí que es cierto que después de todo lo que nos ha dado y nos ha hecho disfrutar, ojalá hubiese podido despedirse con San Mamés lleno y disputando esa final de Copa que tanto merecía. Aduriz ha sido todo un ejemplo de profesionalidad, hemos aprendido mucho de él y sólo me queda darle las gracias y desearle lo mejor para esta nueva etapa.

Su compañera Ainhoa Tirapu tampoco sigue. ¿Le sorprendió el anuncio de su retirada?

Cuando nos lo dijo, no nos lo esperábamos ninguna. Llevo jugando con Ainhoa desde los diez años y al final sientes que pierdes a una de las tuyas. Fue una semana complicada en pleno confinamiento. A ella le veo muy tranquila, con la decisión muy asumida, muy sabiendo lo que quería. Eso es al final lo que me dejó tranquila. Llega un momento en que tú sabes que hasta aquí y lo dices convencida.

Pues Vanesa Gimbert, a sus 40 años, todavía no ha dicho que no vaya a seguir.

Esperemos poder disfrutarla un año más.

¿Lucirá usted el brazalete de capitana?

No sé.

¿No es por antigüedad en el club?

En el vestuario solemos hacer votación porque nos sentimos importantes todas y también depende del cuerpo técnico. Que una lleve el brazalete es secundario.

Su compañera Jone Ibáñez, por cierto, me comentaba hace unos días que por qué no iba a poder ganar la Liga otra vez el Athletic.

Ese es el espíritu. La verdad es que nos vamos asemejando un poco a la realidad que tiene el masculino. Al final tú te pones a mirar y por qué no va a ganar una Liga el Athletic. Todo puede pasar, pero cada año es más complicado. Nuestra Liga además ha dado un paso de gigante. Están volviendo jugadoras de nivel, hay equipos apostando por hacer plantillas para jugar en Europa y al final eso es muy complicado. Nuestra filosofía es especial y única y nos tiene que hacer más fuertes, pero es difícil.

¿Entonces?

Lo que tenemos que hacer es trabajar, ser conscientes de dónde estamos y currar más que el resto, sabiendo que el entrenamiento disminuye la distancia con las grandes plantillas. Así que no nos queda otra.

En ese sentido, parece que Villacampa les da mucha tralla. ¿Es tan exigente?

Sí, sí. El club ha hecho una apuesta importante para que nosotras podamos desayunar, entrenar y luego comer en Lezama. Todo eso se lo tienes que devolver con exigencia, eso es así. Al final no hay otra manera para ser mejor cada día que auto exigirte.

¿Qué le parece, por cierto, la renovación del míster?

Con este inesperado final, la verdad que la temporada nos ha sabido a poco… Es verdad que al principio nos costó, pero ya estamos habituadas a su forma de trabajar y de ver el fútbol, y seguramente eso nos ayudará de cara a la próxima temporada. Él confía en el equipo e intenta sacar lo mejor de cada una de nosotras.

11 partidos de Liga y tres goles y uno de Copa. ¿Está contenta con sus números de esta temporada?

Me ha dado mucha pena parar porque últimamente estaba muy bien. Tuve una lesión en el pie un poco tonta que me tuvo apartada dos meses y medio. Un golpe, nada grave, pero se me fue alargando y no podía pisar. Era como que no veía el momento de volver. No he jugado todo lo que me hubiese gustado, pero es lo que hay.

La verdad es que cuando usted está en el campo y entra en acción siempre da la sensación de que van a pasar cosas.

Eso es bueno, que cuando esté yo sigan pasando cosas (entre risas). Esta ha sido una temporada muy rara y solo podía terminar con una pandemia atípica.

Aduriz es un ejemplo de profesionalidad. Hemos aprendido mucho de él y hay que darle las gracias y desearle lo mejor

¿Le queda por cumplir algún objetivo a nivel personal?

No me marco objetivos de ese tipo. Prefiero centrarme en otras cosas. Sí es cierto, en cualquier caso, que he jugado cuatro finales y he perdido las cuatro. Si puedo pedir algo, por tanto, ganar la Copa.

¿Piensa seguir ligada al fútbol cuando cuelgue las botas?

Soy licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, he hecho un máster, me he sacado el título de entrenadora, estoy haciendo un curso de scouting… Al final el fútbol es lo que me apasiona, es a lo que me he dedicado desde que era una niña. Llegará un día en que me toque verlo

desde el otro lado y no dentro del campo. Será otra etapa diferente.

¡Cómo ha cambiado el fútbol desde sus primeros años a ahora!

He vivido todo el proceso. Nunca me había planteado ser profesional, pero sí es verdad que durante todos estos años eso de jugar al fútbol porque te gusta me ha ayudado mucho. Es algo que me divierte y encima tengo la suerte de que ahora me pagan. ¡Porque he estado muchos años sin cobrar!

Por eso le decía, ¡menudo cambio!

He vivido las tres etapas: la de que pagaba yo por jugar, la de que me compensaba y la de ahora que soy profesional. El vivir todo te ayuda a valorar más lo que tienes. Las chicas jóvenes solo han vivido esto último y se creen que esto ha sido siempre igual.

¿Todo esto, cobrar por jugar y entrenar en buenos campos por ejemplo, es más importante que los partidos del récord?

Si me hubiese comentado hace años que ahora iba a estar así, yo le habría dicho que no. Era impensable. Al final el haber conseguido firmar un convenio es buenísimo para el fútbol femenino. El mayor de los logros. Sentar unas bases para la gente que venga detrás diga yo quiero ser futbolista. Ahora hay muchos más referentes, las niñas vienen con esa idea y el fútbol femenino ha dado un salto increíble


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