Cuando se mete en faena, Florentino Pérez no se anda con medias tintas. Como la operación salida estaba y está complicada, se agiliza la de entrada. Cuatro presentaciones en una semana. En fila. Uno detrás de otro. Besos y más besos al escudo. Como debe ser, aunque nadie se lo crea.
Un lateral izquierdo, el último en vestirse de blanco, Mendy para meter en vereda a Marcelo y si el brasileño no entra irá al banquillo porque no es casualidad que el que llega sea francés y tres delanteros de condiciones absolutamente diferentes para intentar acuciar la falta de gol demostrada durante toda la temporada. Como el curso transcurría entre suspensos y aprobados ramplones, el club blanco tuvo tiempo de ir allanando el camino de los refuerzos. Que nadie crea que estos cuatro fichajes, ni siquiera el que se pretende ahora, el de Pogba, han sido cuestión de las últimas semanas. Se han ido gestando desde enero con la excepción, claro está, de Rodrygo, que estaba hecho con anterioridad. El que más se ha madurado, sin duda, el de Hazard, que se había ido retransmitiendo en directo desde hace tiempo.
Para la llegada de Pogba no hay prisa pero tampoco pausa. Ahora de momento en el club se intenta agilizar las ventas o cesiones antes del 30 de junio por simple cuestión de balances. Si se puede, claro.