El gobierno de Estados Unidos ha guardado un notable silencio sobre los acelerados ataques del presidente Andrés Manuel López Obrador a la democracia, denunció el director para América de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco.
En un artículo de opinión publicado en el diario estadounidense Los Angeles Times, Vivanco consideró que López Obrador “no solo ha fracasado en mejorar el desastroso historial de derechos humanos del país, sino que también ha trabajado para deshacer muchos de los logros en transparencia y el Estado de derecho que los grupos de derechos humanos y activistas han logrado desde el 2000, cuando concluyó el fin del régimen de partido único en México”.
El artículo, también firmado por el investigador de HRW, Tyler Mattiace, sostiene que el presidente Joe Biden ha “reclutado” a López Obrador para evitar que las oleadas de migrantes provenientes -en su mayoría- del Caribe, Centro y Sudamérica, lleguen a la frontera de Estados Unidos.
Aunque reconoce que el presidente mexicano “heredó una catástrofe de derechos humanos cuando asumió el cargo en 2018”, que incluye miles de desapariciones y reiterados abusos de militares durante una guerra de 12 años contra los cárteles de la droga, asegura que “los soldados continúan matando a civiles”.
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Vivanco destaca que, a la mitad de su mandato, López Obrador ha eliminado o propuesto eliminar muchas agencias gubernamentales que no están bajo su control directo, y ha perseguido al sistema judicial, señalando públicamente a aquellos jueces cuyas sentencias no le gustan.
Al mismo tiempo, califica a cualquiera que lo critique o se interponga en su camino como “neoliberal” o “conservador”, mientras que a sus adversarios políticos los describe como “corruptos” y “moralmente en bancarrota”.
Por otra parte, acusa a la política estadounidense de ignorar los ataques de López Obrador al estado de derecho, y asegura que dicha situación se puso de manifiesto en junio, cuando se reunió con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, cuando una periodista le preguntó si su país estaba preocupado por la actitud hostil del mandatario mexicano hacia los medios y la sociedad civil.
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“Harris respondió inicialmente que había instado al presidente mexicano a respetar la independencia del sistema judicial, la prensa y la sociedad civil. Sin embargo, horas después, su portavoz emitió una corrección al servicio de cable español EFE , diciendo que la vicepresidenta había estado confundida; ella y el presidente mexicano solo habían hablado de inmigración y economía, nada más”, relató Vivanco en su artículo.
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