Estados Unidos tendrá su propio festival de Eurovisión a partir del 2021 según ha comentado en Tel Aviv el representante de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), Dave Goodman. Poco se sabe del formato que se exportará a América, pero lo que sí ha trascendido es que inicialmente competirán únicamente los diferentes estados miembros de Estados Unidos y Canadá. Eso sí, el nombre del certamen, The American Song Contest (El festival de canción americana) deja abierta a la puerta a la futura participación de otros países de la región como los iberoamericanos.
La UER ha confirmado a través un comunicado que ha sellado el acuerdo con la productora sueca Brain Academy para cederle en exclusiva la licencia de explotación del formato y la organización del certamen inaugural. “Durante 60 años el Festival de Eurovisión, realizado por las cadenas públicas ha unido a la audiencia en los valores de diversidad, universalidad e inclusión”, dijo el representate de Eurovisión Jon Ola Sand. “Estamos encantados de que este crecimiento sea supervisado por aquellas personas que han creado algunos de sus momentos más brillantes, añadía el texto oficial.
El salto a Estados Unidos comenzó a gestarse el año pasado en Lisboa, durante la pasada edición, y se cerró hace dos semanas. La UER asegura que algunos de los productores de televisión más experimentados de Europa que trabajan para Brain Academy, como Anders Lenhoff o Peter Settman se unirán al equipo encargado de poner en marcha el proyecto americano “El momento es perfecto. Aparte de los deportes, el festival eurovisivo es el mayor espectáculo musical en la Tierra, une continentes y todos pueden votar”, dice Peter Settman, director creativo de la productora sueca. “No podemos esperar para poner en marcha este fantástico consurso en el mercado televisivo más grande del mundo. la audiencia audiovisual crece cada vez más con lo que es el momento perfecto para llevar este fantástico espectáculo al público americano”, añade.
El Festival de Eurovisión no se emite este año en directo en Estados Unidos. la cadena norteamericana LogoTv, visible a través de plataformas privadas de televisión, declinó este año transmitir la señal de la gala final, como venía haciendo desde 2016. En ediciones pasadas, el seguimiento del certamen en Estados Unidos fue muy minoritario.
Eurovisión congrega cada año frente a la pantalla a unos 200 millones de espectadores europeos pero también australianos -Australia participa en el certamen desde 2015-, e israelíes. Precisamente Tel Aviv, donde se celebrará la gran final el próximo sábado, ha sido el escenario elegido para confirmar este miércoles la noticia por el jefe de producción del cetamen de este año, Ola Melzig y por Christer Björkman y Anders Lenhoff, responsables de la producción del Melodifestivalen, el evento sueco en el que se elige al representante eurovisivo.
Hace años que Eurovisión se encuentra en proceso de expansión mundial. En agosto de 2017 se anunció la puesta en marcha de una versión asiática dirigida por SBS Australia en la que participarán países como India, China o Japón y cuyo lanzamiento aún no tiene fecha.
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