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Estados Unidos se abre camino en las islas del Pacífico

Estados Unidos se abre camino en las islas del Pacífico


El secretario de Estado, Antony Blinken, junto a los presidentes de Palau, Micronesia, y de las islas Marshall, este jueves en Washington.SARAH SILBIGER (REUTERS)

Corren buenos tiempos para ser líder de alguno de los pequeños archipiélagos nación en el Pacífico sur. Tras décadas de olvido, en las que Washington dio por supuesta su influencia absoluta en la zona, esta región estratégica se ha convertido en una de las casillas más cortejadas en el tablero geopolítico mundial en el que Estados Unidos y China disputan su rivalidad. Esta semana, la Casa Blanca ha movido ficha: ha celebrado su primera cumbre con los dirigentes de esas islas, ha lanzado su primera Estrategia para el Pacífico y ha prometido centenares de millones de dólares para la zona.

“La seguridad de Estados Unidos, francamente, y de todo el mundo depende de la seguridad de ustedes y de la seguridad de las islas del Pacífico”, enfatizaba el presidente estadounidense, Joe Biden, en su encuentro en la Casa Blanca con los líderes y representantes de catorce de esas naciones el jueves.

Han sido dos días – miércoles y jueves- de intenso flirteo político en Washington. La Casa Blanca ha sacado su mejor artillería diplomática. Los dirigentes visitantes se han reunido con el secretario de Estado, Antony Blinken; con el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. Han almorzado con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y otros líderes del Congreso. Empresarios de los sectores del turismo, de las energías limpias, de la pesca, de las nuevas tecnologías, del transporte, les han presentado proyectos. Este jueves, la ronda culminaba con una reunión con el propio presidente, Joe Biden, y una cena de gala en la Casa Blanca.

Y ha puesto, en negro sobre blanco, su primera estrategia para la región. Un documento que, según han señalado altos funcionarios que hablaron a la prensa bajo la condición del anonimato, formará parte de la Estrategia para Indo-Pacífico, el plan tótem para Asia con el que Washington quiere plantar cara a la creciente influencia de China en la región. Como la iniciativa original, la planteada este jueves tiene también a Pekín muy presente.

La nueva estrategia se centrará en áreas como la lucha contra el cambio climático -”una amenaza existencial” para esas islas, según recordaba uno de los altos funcionarios-, para la que Estados Unidos aportará 810 millones de dólares (una cantidad equivalente en euros) en los próximos años y que se sumará a los 1.500 que ya desembolsó a lo largo de la última década, según los datos que ha difundido el Gobierno estadounidense. También en la recuperación económica tras la pandemia de covid, el desarrollo, sustentabilidad y protección del sector pesquero y la cooperación en materia de seguridad, según una hoja informativa de la Casa Blanca. Entre otras cosas, el cuerpo de guardacostas estadounidense proporcionará adiestramiento y mejora de la capacidad de las islas para la protección marina.

La estrategia “refleja nuestro compromiso compartido para expandir y profundizar nuestra cooperación en los años venideros”, ha apuntado la Casa Blanca al presentar su nueva propuesta, que promete convertir al Pacífico sur en una prioridad de su política exterior. “La prosperidad y la seguridad de Estados Unidos dependen de que la región del Pacífico se mantenga libre y abierta”.

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Esa región, explica el documento, afronta enormes desafíos, desde el cambio climático a unas difíciles comunicaciones con el resto del mundo. Y que incluyen unas tensiones geopolíticas cada vez más acentuadas. “Cada vez más, esos impactos incluyen la presión y la coerción económica por parte de China, lo que amenaza con socavar la paz, la prosperidad y la seguridad de la región, y por extensión, la de Estados Unidos”, sostiene la estrategia.

Pekín ha volcado buena parte de su empeño diplomático en la región, a donde ha enviado a altos responsables diplomáticos y ha prometido importantes inversiones, acuerdos de seguridad y construcción de infraestructuras. Los países de esta zona habían sido tradicionalmente aliados diplomáticos de Taiwán —y, por tanto, no contaban con lazos formales con Pekín— hasta que, tras la victoria de la presidenta, Tsai Ing Wen, en 2016, el Gobierno de Xi Jinping comenzó a cortejar a los socios de Taipéi para que rompieran lazos con la isla autogobernada y los entablaran con China. Las islas Salomón dieron ese paso en 2019.

Para el Gobierno chino, una buena relación con estas islas es fundamental. Su posición estratégica abre, o cierra, el paso a rutas clave del Pacífico. Y se encuentran en plena zona de influencia del Aukus, la alianza militar para el Pacífico que anunciaron hace un año Estados Unidos, Australia y el Reino Unido

En abril, Pekín causó un fuerte sobresalto en Estados Unidos y Australia -la gran potencia regional- al firmar un pacto de colaboración con las pequeñas, pero muy estratégicas, islas Salomón, de 687.000 habitantes. El pacto incluía provisiones sobre comercio y pesca, pero también -y eso es lo que hizo saltar las alarmas en Washington y Canberra- sobre seguridad, al permitir el envío de fuerzas de seguridad chinas si el Gobierno local lo solicitaba para mantener el orden social, proteger vidas y la propiedad privada. Además, barcos del Ejército Popular de Liberación podrán efectuar visitas y completar “repuestos logísticos” en aguas de ese país.

Desde entonces, el duelo estratégico entre Washington y Pekín en la zona se ha multiplicado. El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, completaba una gira por las islas, aunque no conseguía arrancar una declaración conjunta con sus líderes en un foro regional. Australia enviaba a su ministra de Exteriores, Penny Wong, para prometer más asistencia y más atención a esas naciones, entre lamentos de algunos de los dirigentes isleños, que insisten en que no quieren verse en medio de esa lucha de gigantes que es la de las dos grandes potencias por la influencia mundial. El secretario de Estado adjunto para Asia, Kurt Campbell, también se sumaba al elenco de dignatarios extranjeros en viajar a las islas.

Precisamente, entre los compromisos anunciados este jueves, Estados Unidos prevé incluir desde este año a las islas Solomon en un programa del FBI para la capacitación de la policía local. También ampliará la presencia de voluntarios del US Peace Corps en naciones como Fiji, Tonga, Samoa o Vanuatu. Ya había anunciado previamente la apertura de embajadas en Kiribati, Tonga y las propias islas Salomón.

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