“Hablé con Goiria para que me llevase al Amorebieta y me llevó”


¿Cómo lleva entrenar?

Saqué el carné para ver si realmente me gustaba. No he tenido vocación de entrenador, pero fue empezar con los cadetes del Aurrera y darme cuenta de que los críos no eran lo mío porque soy muy competitivo. Me salió la opción del Aretxabaleta, que había bajado de Tercera, por medio de una llamada de Igor Arenaza y fui dos años. Luego, tras acabar, hablé con Goiria para que me llevase al Amorebieta y me llevó. El Gallo –Etxebe– se había ido a Tenerife, pero Xabi Sánchez no iba a seguir. El Gallo le dice ‘ponle a Iñi, que lo va a hacer bien’, algo que le agradezco un montón, y Asier me firma en el Amore.

Y empiezan mal, pero terminan bien.

Así es. En la primera vuelta hicimos 16 puntos, nueve partidos sin ganar, y era consciente de que soy el entrenador y si eso se alargaba no era que me echasen, sino que me tenía que ir. Esos meses fueron de locura.

¿Como lo del Athletic antes de Gaizka Garitano?

Eso. La gente me decía ‘pero todavía sigues en el Amore’. Hemos salido, pero fue una agonía. Cuando el Arenas nos gana 0-1 en casa se pone 17 puntos por encima y luego, mira. En fútbol no puedes pensar a largo plazo. Ahora tocar firmar una buena plantilla, una buena pretemporada y un buen primer partido.

¿Cómo explica ese cambio de dinámica?

En lo de los 37 puntos de la segunda vuelta, cambio de sistema incluido, influye que en invierno nos vienen Soberón, Luengo, Markel Lozano y nos sale bien. Ahora Goiria y yo estamos haciendo una plantilla más corta con gente de experiencia y competitiva para empezar bien. Lo que hemos hecho esta última temporada es la hostia. Octavos empatados con el séptimo en un club con una deuda de 200.000 euros.

¿Se ve con futuro en el banquillo?

Me veo el año que viene en el Amorebieta. Me encantaría proyectarme más lejos, pero solo llevo un año con una mitad mala y otra mitad buena. Solo hay 80 entrenadores de Segunda B en el estado español y estar aquí ya es muy difícil. Por supuesto que voy a intentar seguir para arriba.

¿Nunca ha tenido la opción de recalar en el Alavés?

Quitando esa vez que metí 13 goles en Segunda con Mendilibar… Tenía muchas ofertas entonces, también del Alavés B, que me quiere firmar cinco años. Muchos filiales me llamaron porque tenía 18 años, pero antes el Aurrera era un pepino de club. Ahora, en cambio, el Alavés es el primer equipo de Araba, que igual es como tiene que ser.


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