Hacia una Euroliga sin un Barça-Madrid garantizado

Hacia una Euroliga sin un Barça-Madrid garantizado

Los nuevos gestores de la Euroliga están decididos a transformar la competición en busca de un mayor rendimiento económico. El objetivo principal es la entrada de nuevos equipos que se añadan a los 18 existentes, con especial interés en reforzar el mercado francés (París) y entrar en el del Reino Unido (Londres), sin olvidar la posible creación de un súper equipo en Dubai. La idea inicial es contar con 22 equipos pero ello conlleva otro cambio fundamental: la modificación del actual sistema de competición.

Lo apretado del actual calendario no deja fechas para una posible expansión con el formato actual y ello hace que la principal alternativa que se baraja en estos momentos sea la transformación de la primera fase, es decir, la eliminación de la liguilla de todos contra todos a doble vuelta. Es decir, dar marcha atrás al gran cambio realizado por la Euroliga en 2016, cuando se introdujo una liga pura en sustitución de la primera fase y el Top 16 vigentes hasta entonces, vendido entonces como un gran paso adelante.

Sobre la mesa está la división de los 22 equipos en dos conferencias. Los once clubs de cada conferencia jugarían una liguilla a doble vuelta entre ellos, lo que supondría un total de 20 partidos por equipo. Adicionalmente, los equipos de una conferencia también se enfrentarían a los once de la otra pero a un solo partido, lo que añadiría once encuentros más a la primera fase para un total de 31 en lugar de los actuales 34. No ha trascendido cómo se definirán las conferencias (geográficamente o por sorteo por niveles de los equipos) ni la forma en que se decidirá si juegas en casa o fuera contra los rivales de la otra conferencia.

El beneficio de este sistema, previo a los playoff y a la Final Four, que se mantendrían, es que permite la entrada de más equipos al reducir ligeramente el calendario (31 partidos en lugar de 34). Esa reducción también hace posible la introducción de un All Star (otra iniciativa que cobra fuerza) y la creación de un play-in a imagen del implementado por la NBA para involucrar a más equipos en la pugna por entrar en los playoff. En el lado negativo, la Euroliga dejaría de ser una liga pura en la que juegan todos contra todos a doble vuelta, lo que le restaría justicia e impediría a los aficionados de un equipo ver en directo a todos los equipos de la competición. Podría darse la circunstancia de que solo hubiera un Barça-Real Madrid y que la afición del Palau o la del WiZink Center se quedaran sin disfrutarlo.

“Creo que la expansión, con la entrada de nuevos equipos, es inevitable. Más equipos significa más partidos. Pero el calendario es el que es, no hay más días, y la FIBA quiere sus dos ventanas. Las ligas nacionales tienen playoffs y están las competiciones nacionales de copa. Probablemente, en algún momento será necesario ir a conferencias”, reconocía hace unos días el CEO de la Euroliga, Marshall Glickman, a la web Basketnews. El estadounidense se mostraba favorable a la creación de un All Star Game y a la introducción del play-in.

Glikman también reconoció que la Euroliga está estudiando la posibilidad de disputar algunos partidos de la fase regular fuera de las actuales ciudades de la competición. “Tal vez en Nueva York, tal vez en Tokyo, tal vez en Bombay. Podría ser en muchos sitios”, confesó.

Reunión con la FIBA en marzo

“Queremos colaborar y coexistir de forma amistosa”

La Euroliga post-Bertomeu quiere abrir una nueva etapa en sus relaciones con la FIBA y para intentar encontrar posiciones de consenso tiene prevista una próxima reunión con la Federación Internacional el próximo mes de marzo. “La línea maestra con FIBA es que querríamos colaborar y coexistir de forma amistosa y cooperativa. Respetamos la idea de que nuestros jugadores tengan la oportunidad de jugar con sus selecciones, pero es complicado. Nosotros también tenemos un negocio que gestionar y debemos mirar por nuestros intereses”, señala Glickman. El CEO de la Euroliga explicó que se ha creado un comité conjunto con FIBA para discutir sobre diversos aspectos. “Tenemos que ser creativos al abordar el tema del formato. Es duro para los jugadores jugar el jueves por la noche en alguna otra ciudad y luego tener que volver para jugar su liga nacional en fin de semana. Nos gustaría encontrar una solución, aunque no es fácil”.




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