A Imanol
Alguacil también le ha llegado el momento de estrenarse, como si fuera el sexto fichaje del verano. De recurso a primer espada. Nunca ha sido el entrenador de la Real desde el primer día de una temporada y el lunes, en el entrenamiento que abre el nuevo proyecto, agarra la batuta. Cuanto más tarde en soltarla, más saludable será el palpitar de la Real.
El apoyo de la planta noble txuri urdin hacia Imanol es claro. Al contrario que cuando relevó en el cargo a Eusebio con la vitola de interino, en marzo de 2017, la segunda apuesta en el oriotarra fue tajante: dos temporadas de contrato desde el momento de la firma. En busca de la estabilidad. En efecto, la vinculación actual de Alguacil caduca en junio de 2020.
Si en las dos anteriores ocasiones en que rescató al equipo el guión estaba establecido, Imanol es ahora un participante activo de la organización, junto a Olabe. No se ha cerrado ninguna operación sin su visto bueno. Es, además, una plantilla perfilada a su imagen y semejanza, acostumbrado como está a dirigir grupos jóvenes en las categorías inferiores de la Real.
La composición de la pretemporada también ha sido aprobada por Imanol. A falta de algún amistoso que se pueda cerrar, el técnico guipuzcoano no tiene reproches con la idea de compaginar partidos con entrenamiento y con el plan de no desplazarse para realizar concentraciones. Zubieta marcará el rodaje.
Presente en verano
Los fichajes están galvanizando la atención. El vertiginoso ritmo que ha impuesto la Real en el mercado desvía a Imanol a un segundo plano mediático, pero esto no quiere decir que haya sido relegado en ninguna función. El entrenador txuri urdin sí descansó durante unos días a finales de junio, pero la tónica ha sido estar presente durante el verano. Al servicio del club.
A Imanol se le vio con el traje de faena dando la bienvenida a Sagnan en Zubieta. Ataviado con la vestimenta realista de entrenamiento, el oriotarra saludó al defensa francés en esta primera semana de julio. Sin salir de su cuartel general. También recibió a Portu en las instalaciones y se reunió con Odegaard en Anoeta cuando el noruego se presentó en Donostia para recabar información sobre la Real.
En más de una oportunidad ha confesado Imanol que no le agrada ser el rostro visible. Su discreción, sin embargo, será incompatible con el cargo que ostenta. El lunes arranca la era que le han encomendado gobernar. Los resultados, para bien o para mal, no le apartarán del foco, desde el primer día de su nueva vida. Ya no es el apoyo que educa al Sanse para lo que haga falta. En el primer entrenamiento de la Real se encontrará con alrededor de 30 futbolistas. Su próxima misión es aligerar esta masiva afluencia.
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