Incógnitas que enfadan a quien nos lee

El Libro de estilo de EL PAÍS.
El Libro de estilo de EL PAÍS.GORKA LEJARZEGI

Las informaciones de EL PAÍS deben incluir todos los datos necesarios para que el lector comprenda el entorno de los hechos que se narran incluso si desconoce el asunto del que se trata. Los textos deben explicarse en sí mismos y han de redactarse de manera que el lector no necesite recordar los antecedentes para comprender lo que tiene ante sus ojos. Son reglas elementales del Libro de estilo que, sin embargo, se incumplen a menudo ante el desconcierto y las quejas de lectores.

Casi a diario se publican textos sin datos y referencias clave para entenderlos. Como consecuencia, esas piezas pierden gran parte de su valor informativo o no tienen sentido alguno. El problema se agrava cuando, como es el caso, los lectores son de diferentes países y culturas o se asoman por vez primera al periódico.

PAC y la cadena alimentaria: los mayores retos de Agricultura para el 2021, era un titular del pasado día 4. El texto no explicaba que la PAC es la Política Agrícola Común de la UE. Quien no lo sabía no pasó del primer párrafo. El día 20 publicamos que Ford planteaba otro ERTE en su factoría de Valencia con 600 trabajadores afectados. ¿600 de cuántos empleados en total? ¿A cuántos afectó el anterior ERTE? Sin esos datos, es imposible calibrar la noticia. La luz subirá en enero entre cuatro y diez euros, decía otro titular el mismo día. Ese, se decía, era el previsto incremento de “la factura de la luz”. ¿Con respecto a qué cantidad? No se aclaraba.

Días antes, contamos que “la nueva consejera de Abengoa es cuñada de Marcos de Quinto”. Este era citado cuatro veces en la pieza de la edición impresa sin identificarlo como exdiputado de Ciudadanos o exdirectivo de Coca-Cola.

Hemos cometido la misma falta en informaciones en las que aparecían personajes como María Dolores de Cospedal, Luis Bárcenas o Esperanza Aguirre, sin precisar qué cargos destacados ocuparon en el PP. Al no hacerlo, el interés de las noticias para quien desconozca esos extremos es nulo. Se citan otras veces sin explicación alguna los casos Nóos, Gürtel o Kitchen, pese a que siempre habrá lectores que no los conozcan.

Encabezamiento del día 16: El Constitucional se fractura en sentencias sobre libertades. Los magistrados interpretan de diferente modo los derechos de expresión, culto o igualdad. Pues bien, el texto recoge los argumentos de los votos discrepantes, pero no los de los veredictos, por lo que el lector Carlos Silva López me escribió: “Me ha parecido un buen artículo, pero debería haber sido fiel a su propio subtítulo y señalar cómo justifica de modo diferente sus sentencias la otra ala del Constitucional. Nos quedamos huérfanos de información y de contraste”.

Otro lector se había quejado antes por la información titulada El Supremo rechaza todas las querellas contra los gobiernos por la gestión de la pandemia. No precisábamos cuántas demandas se han presentado –”¿10, 50, 100, 500…?”– ni quiénes lo han hecho.

Incumplimos también nuestras normas en muchas noticias sobre los presos del procés. Rara vez recordamos cuáles fueron sus condenas. Ha ocurrido el último mes en media docena de ocasiones.

Titular del día 6: Sito Miñanco se enfrenta a su cuarta condena de prisión por narcotráfico. En el texto se detalla en qué consiste la causa actual contra ese conocido narcotraficante, pero es lógico que el lector se pregunte en qué consistieron los tres anteriores y cuáles fueron sus condenas. No hallará la respuesta.

Tampoco la encontrará si se pregunta por las condenas en esta noticia del día 8: “Condenados siete policías por la muerte de un joven en el sur de Chile”. En este caso, hubo un agravante: el texto publicado era de la agencia Efe y de él se eliminó una frase en la que se decía que la duración de las penas se dictaría el día 28 de este mes. Ajeno a esa amputación, el lector Vicente Martín me espetó: “En dicha noticia se omite un dato esencial: ¿Cuál fue la pena impuesta a los condenados?”

Otro lector, Juan Carlos Martín Castillejos, se queja porque no le informamos “con precisión” acerca de las causas en que está implicado Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el Pequeño Nicolás, y porque, cuando nos referimos a ellas (2 de enero), ocultamos que fue absuelto en su primer juicio en 2018. Félix Pérez-Fajardo lamenta que en un atractivo reportaje sobre glaciares pirenaicos incluyamos un gráfico sobre “toneladas cúbicas” de hielo sin explicar ese raro concepto. “Es la primera vez en mi vida que veo que alguien hable de toneladas cúbicas. ¿Qué es eso?”

Cada pregunta que queda sin respuesta equivale a un enfado de quien nos lee. No nos lo podemos permitir. Menos que nunca.

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