La 'bendición' de Wenger

La 'bendición' de Wenger

Hay imágenes que devienen símbolos. Llevan mensaje implícito y tienen valor incalculable. El Arsenal recibió inesperadamente la suya, en la noche especial del Boxing Day. Si Arsène Wenger decidió regresar al Emirates , en un día tan señalado para el fútbol inglés, fue para ‘bendecir’ el camino tomado por el club, que, cuatro años después de su despido, vuelve a estar en lo más alto. Cuando Wenger se sentó en el palco, saludó a la afición y se dejó llevar por la magnifica remontada del líder de la Premier frente al West Ham (3-1) sabía del valor de ese reencuentro y la contribución que supondrá para el club. Quiso cerrar definitivamente las heridas del pasado y que la fiesta de unidad, con el Arsenal reafirmado como líder, fuera totalmente completa.

“One Arsène Wenger”. El cántico de la afición ‘gunner’ resonó, de nuevo, en el Emirates. Le recordaban sus años de gloria en su primera visita desde que se marchó, emocionalmente roto, en 2018, destituido por el club por malos resultados. Wenger, ya con 73 años, no había regresado desde entonces. ‘No me fui, me echaron’, llegó a decir, dolido. El ‘arquitecto’ de los mejores tiempos del Arsenal, hoy director de desarrollo de la FIFA, acudía ahora para disfrutar de la imaginación de Odegaard, de los regates de Saka, del despliegue físico de Partey y Xhaka, y de los goles de Martinelli. También del estilo con el que su exjugador y discípulo, Mikel Arteta ha vuelto a impregnar al Arsenal que manda en la Premier.

El técnico que dio la mayor gloria a los ‘gunners’ pudo recrearse con una victoria que serena al Arsenal del temido ‘efecto Qatar’. La grave lesión de ligamentos de Gabriel Jesús, una de las negativas consecuencias del Mundial, ponía alguna duda sobre la efectividad atacante sin el brasileño. Pero Arteta, igual que hizo Wenger en el pasado, convirtió el problema en oportunidad. Irrumpió el joven Nketiah y la apuesta del Arsenal surtió efecto. Representó también Nketiah la imagen que construye el equipo, una fusión de técnica, movilidad, entusiasmo y confianza en el campo.

“Fue un día realmente especial”, resumió Arteta, tras el triunfo, y de reunirse con la dirección del club, y con Wenger, de quien se siente heredero. “Ojalá sienta el legado que dejó aquí… Gracias a él por todo lo que hizo en el club”. Pasado y futuro quedan reconectados tiempo después en el Arsenal, con el guión irrenunciable de siempre : dominio del balón, presión adelantada y ambición atacante. El Arsenal de Arteta domina con 13 victorias en 15 partidos. Ha marcado en todos los partidos y enarbola el mejor comienzo de toda su historia. Avisa a sus rivales que, 18 años después, ha reencontrado el camino para reconquistar la Premier.




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