La caída del general Cienfuegos: el recuento

La detención del general Salvador Cienfuegos, titular de la Defensa Nacional durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, representa un hito para el ejército mexicano. Es la primera vez que se detiene a un exsecretario de la Defensa.

Los pasos del exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, eran seguidos desde hace tiempo por la justicia estadounidense. Y hace poco más de un año, el 14 de agosto de 2019, se escribió su suerte. Un gran jurado presentó en Nueva York las acusaciones en su contra por los delitos de tráfico de drogas y lavado de dinero. Ese mismo día, la magistrada Vera M. Scanlon giró la orden de aprehensión, que se ejecutó este jueves cuando el militar arribó al aeropuerto de Los Ángeles en compañía de su familia.

A Cienfuegos se le acusa de aprovecharse de su puesto como titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), entre 2012 y 2018, para ayudar al cartel dirigido por Juan Francisco Patrón Sánchez, el ‘H-2’ o ‘El Chico’, una célula de la organización delictiva de los Beltrán Leyva a la que las autoridades estadounidenses califican como “extremadamente violenta”.

El apoyo del entonces general secretario no fue gratuito. A cambio de sobornos contribuyó a que el ‘H-2’ traficara “miles de kilogramos de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana a los Estados Unidos, incluida la ciudad de Nueva York”, según se desprende de la acusación de la Fiscalía.

En aquellos años el ‘H-2’ tuvo varios canales de distribución de droga en el país del norte, en ciudades como Los Ángeles, Las Vegas y Nueva York, así como en los estados de Ohio, Minnesota y Carolina del Norte, entre otros. Obtuvo millones de dólares de la distribución de drogas en ese país, mientras en México traficaba con armas, torturaba y asesinaba en su lucha por el territorio contra los cárteles rivales.

La intercepción de miles de mensajes a través de Blackberry, entre otras evidencias, apuntan que Cienfuegos evitó las operaciones militares contra el ‘H-2’ y las impulsó contra sus rivales; facilitó la localización de transporte marítimo para cargamentos de drogas; contribuyó a la expansión del grupo delictivo en Sinaloa; presentó a  los miembros del cártel a otros funcionarios corruptos para que los ayudaran a cambio de sobornos.

Según el Fiscal, este cártel utilizó la corrupción de varios funcionarios del gobierno mexicano para que las fuerzas de seguridad intervinieran en la detención y tortura de los narcotraficantes enemigos, la liberación de los miembros de su grupo e incluso en el trasiego de drogas, el tráfico de armas y la omisión frente a los hechos de violencia.

Entre los hechos más graves que la Fiscalía le atribuye al general Cienfuegos, destaca el haber advertido al cártel del ‘H-2’ de las investigaciones en su contra en Estados Unidos, así como sobre los testigos e informantes cooperantes, lo que desembocó en el asesinato de uno de los miembros de la organización criminal, porque se creía “incorrectamente” que ayudaba a las autoridades estadounidenses.

Juan Francisco Patrón Sánchez fue abatido el 9 de febrero de 2017 en un enfrentamiento con elementos de la Marina en la ciudad de Tepic, Nayarit.

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Este viernes, Cienfuegos Zepeda compareció por videoconferencia en una audiencia que duró cinco minutos y en la que escuchó los cargos que se le imputan: tres cargos de conspiración para manufacturar, importar y distribuir narcóticos y un cargo de lavado de dinero.

Pasará estos días en el Centro Metropolitano de Detención en Los Ángeles, California, en espera de la próxima audiencia, el martes 20 de octubre.

El arresto de Cienfuegos, a quien también se conoció con los alias de “El Padrino” y “Zepeda” significa la primera vez que un exsecretario de la Defensa es acusado y detenido.

De acuerdo con diversos medios, en su primera audiencia lo representó Duane Lyons, de la firma Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, la misma que representa al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna y al exgobernador de Chihuahua, César Duarte, que cobra por hora entre ochocientos y mil dólares.

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Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que la embajadora de México en Estados Unidos, Marta Bárcena, le informó hace 15 días que existía una investigación contra el general Salvador Cienfuegos, en la misma corte de Nueva York donde se procesó a Joaquín Guzmán Loera y ahora a Genaro García Luna.

Durante su conferencia matutina, el mandatario señaló que es un hecho muy lamentable “que un exsecretario de la Defensa sea detenido por vínculos con el narcotráfico, aunque dijo que la acusación debe probarse, por lo que pidió no hacer juicios sumarios. Agregó que Cienfuegos está detenido por los mismos cargos que García Luna, lo que “es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen”.

Anunció que aquellos elementos de la Sedena que trabajaron con Cienfuegos y que sigan actualmente en el gobierno, serán suspendidos y retirados. Además, en el caso de que resulten involucrados, serán puestos a disposición de las autoridades competentes, porque el gobierno no va a “encubrir a nadie, ya pasó ese tiempo”. Confirmó que en México no existe ninguna investigación abierta sobre el exsecretario de la Sedena.

El presidente aprovechó para señalar que las Fuerzas Armadas de México constituyen una garantía para mantener la paz y la tranquilidad en el país y para la defensa de nuestra soberanía. “Son pilares del Estado mexicano, son tan fuertes que ni estos asuntos tan lamentables como es el involucramiento de un secretario de la Defensa en casos de narcotráfico, las debilitan”, apuntó.

Escucha las palabras del presidente:



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La periodista Anabel Hernández afirmó que Enrique Peña Nieto no puede decir que no sabía quién era Salvador Cienfuegos, del mismo modo que tampoco Felipe Calderón no puede desmarcarse de García Luna o Claudia Sheinbaum puede desconocer el expediente de García Harfuch.

Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, señaló que la detención del ex secretario de la Defensa apunta a un maxiproceso en Estados Unidos, que incluye al ex líder del cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, y al ex secretario de Seguridad, Genaro García Luna.

En su libro ‘México en llamas’, publicado a finales de 2012, dio cuenta de la lucha intestina dentro de la Sedena, para quedarse al frente de esa secretaría en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Desde aquel entonces dijo que Cienfuegos había sido señalado por Sergio Villarreal, alias “El Grande”, por prestar servicios al crimen organizado, en particular mientras estuvo a cargo de la novena zona militar (entre 2005 y 2007) y posteriormente en la primera zona militar (de 2007 a 2009).

“Había un montón de información dentro del Ejército, dentro de la PGR que apuntaba que Cienfuegos no era una persona propicia para ocupar un cargo de la magnitud de secretario de Defensa y aún así Peña lo puso en esa posición”, refirió.



Para el general José Francisco Gallardo Rodríguez, las conductas que le atribuyen a Salvador Cienfuegos constituyen “traición a la patria” y a las Fuerzas Armadas, según el Código de Justicia Militar.

Señaló que la detención se debió realizar en México y no en Estados Unidos, por lo que le sorprendió que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijera que no existe en el país una investigación contra el exsecretario de la Defensa.

Además, esta captura obliga a una revisión del adoctrinamiento y la currícula militar, pues el general Cienfuegos fue titular del Colegio Militar.

Así lo dijo Gallardo:



Por su parte, el abogado César Gutiérrez Priego, especialista en Derecho militar, aseguró que además de Cienfuegos, Estados Unidos investiga a diez generales del ejército mexicano.

Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, consideró que la detención de Cienfuegos es una demostración de que el narcotráfico llegó a Los Pinos desde el gobierno del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, ya que el militar pertenecía a la llamada ‘cofradía del poder’ encabezada por el entonces secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre.

César Gutiérrez, hijo del ya fallecido general Jesús Gutiérrez Rebollo -procesado en 1997 por narcotráfico-, explicó que su padre fue enviado a prisión en “venganza” por haber descubierto los nexos de familiares políticos de Ernesto Zedillo con los narcotraficantes Amezcua Contreras.

Señaló que la detención de Cienfuegos será utilizada para intentar demeritar al ejército, aunque es todo lo contrario. Esto, debido a que el actual titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, es una persona “leal al pueblo de México y al presidente de la república”, que prefirió hacerse a un lado pese a conocer que la embajadora de México en Estados Unidos, Marta Bárcena, había notificado hace quince días al presidente que había una investigación en ese país contra Cienfuegos y otros generales.



Para Cienfuegos están lejos aquellos días de noviembre de 2014, cuando en la plenitud del poder señaló vigorosamente que los militares mexicanos no se amedrentarían “por juicios injustos, algunos sin duda erróneos, carentes de fundamento, malintencionados y que la institución armada nacional no merece’’.

Lo anterior, pocos días después de que un juez ordenara la detención de siete militares por su presunta participación en la matanza de 22 civiles en Tlatlaya, Estado de México: “Los militares ajustamos nuestra conducta a la Constitución y a las leyes, mostrando solidez en lo correcto y con irrestricta observancia de los derechos fundamentales’’.




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