Una mujer cuenta votos en un puesto de votación durante las elecciones legislativas en Chocó, Colombia. El pasado 13 de marzo.

La campaña electoral en Colombia se tensa por inconsistencias en el preconteo de votos y denuncias de fraude

Una mujer cuenta votos en un puesto de votación durante las elecciones legislativas en Chocó, Colombia. El pasado 13 de marzo.
Una mujer cuenta votos en un puesto de votación durante las elecciones legislativas en Chocó, Colombia. El pasado 13 de marzo.ERNESTO GUZMAN JR (EFE)

Una semana después de las elecciones al Congreso y consultas presidenciales, miles de colombianos están revisando en la web de la Registraduría Nacional si sus votos fueron contados correctamente y varios líderes políticos piden reconteo general. Las alarmas de que algo no salió bien han sido lanzadas desde varios partidos políticos, y van desde enmendaduras, votos desaparecidos hasta denuncias de fraude.

La Misión de Observación Electoral (MOE) ha señalado “comportamientos completamente atípicos en los resultados electorales del Pacto Histórico, en lo que tiene que ver con el gran número de mesas donde no se reportan votos”, pero llamó a la mesura. Esas denuncias polarizan aún más la campaña electoral a dos meses de la primera vuelta presidencial en la que Gustavo Petro, líder de la coalición de izquierda, se sitúa como el candidato más opcionado a ocupar la Presidencia.

Las críticas desde todas las orillas arrecian contra el registrador nacional Alexander Vega, que se ha defendido diciendo que son “errores humanos de los jurados de votación”. El registrador ya arrastraba críticas por las fallas de la plataforma durante la inscripción de cédulas y los problemas de acceso a la página el día de los comicios. Él mismo había denunciado que la web de la entidad había recibido 400.000 ataques cibernéticos meses atrás. En el Congreso ya anunciaron un debate de control político y él se mantiene en que no renunciará.

Tras una semana de denuncias en redes sociales, miles de votos han ido apareciendo. “En este momento se han recuperado 486.000 votos por el Pacto Histórico al Senado que no fueron reportados. Nos acercamos a tres millones de votos por la lista al Senado”, dijo Gustavo Petro, ganador indiscutible de las primarias, con 4.5 millones de votos. Sin embargo, no abandonó su denuncia de fraude. “A los abogados escrutadores les pido cuidar la votación de Fuerza Ciudadana, hubo fraude contra ellos”, agregó.

El escrutinio formal, que se conoció este viernes, ya ha cambiado también la configuración del Congreso. El Pacto Histórico pasó de 16 a 19 escaños y se convirtió en la mayor bancada del Senado. No es el único partido buscando votos uno a uno: el Nuevo Liberalismo, el partido renacido del asesinado Luis Carlos Galán, también ha pedido a cada votante que ingrese al link de la página de la Registraduría y verifique si en la mesa en que votaron hay o no papeletas a favor de este partido, además exige una veeduría internacional.

¿Qué pasó?

Tras las denuncias, la MOE ha revisado miles de formularios E14, donde se suman los votos de todos los candidatos. Esta veeduría ha explicado que las anomalías van desde “el diligenciamiento inadecuado de las casillas de los formularios y sumas incorrectas de los votos depositados, captura inadecuada de los mismos en el sistema de preconteo, hasta casos de manipulación y alteración de los resultados depositados en el formulario por parte de jurados de votación, que incluso lo han sido reconocidos públicamente”.

Sin embargo, la irregularidad más evidente, que afecta al Pacto Histórico, está en el diseño de los formularios y en la transmisión de la información. La lista de Gustavo Petro se encuentra en las últimas páginas, como si fuera un pie de página después de la lista de otro partido. “Eso facilita que exista el error humano y que al momento de dictar de forma telefónica los datos se salten los números de esa casilla”, explica a este diario Diego Rubiano, coordinador del Observatorio Político Electoral de la Democracia, de la MOE.

El registrador Nacional, Alexánder Vega, ofreciendo declaraciones en Bogotá, Colombia, el pasado 18 de marzo.
El registrador Nacional, Alexánder Vega, ofreciendo declaraciones en Bogotá, Colombia, el pasado 18 de marzo.
Carlos Ortega (EFE)

En Colombia, los jurados de votación son personas elegidas en el cruce de una base de datos de empresas, universidades y funcionarios públicos. Para estas elecciones hubo 700.000 que recibieron una capacitación de la Registraduría. Una vez se cierran las urnas, cuentan los votos en presencia de voluntarios de cada partido que funcionan como testigos. Llenan tres copias de los formularios E14 y luego, esos números son transmitidos por teléfono desde los puestos de votación por empleados de una empresa contratista de la Registraduría, para estas elecciones la Unión Temporal Disproel. Esos son los datos que el país conoce al final de la jornada. Pero el escrutinio oficial, que sí tiene validez jurídica, se hace días después. “El error de transmisión se dio entonces en las llamadas para comunicar esos datos y en el cargue que se hizo para alimentar la base del preconteo, a cargo del contratista”, dice Rubiano.

La Unión Europea, que también tiene una Misión de Observación Electoral, se ha sumado a las críticas por las anomalías en el preconteo de los votos y la complejidad de los formularios. “La MOE UE quiere señalar que la discrepancia entre los resultados del preconteo para el Senado y los que arroja esta primera etapa del escrutinio, ha sido inusualmente grande. Sobre todo, para algunos partidos y coaliciones”.

Pero además de las inconsistencias en la transmisión de los datos, otros líderes políticos denuncian un supuesto fraude en el software. La MOE, sin embargo, ha seguido algunos casos y encontró errores técnicos que se han solucionado. “Es innegable que todos estos problemas quebrantan la confianza en el proceso electoral. Aún así, en un sistema tan complejo como este, que se presta malos entendidos, el llamado a fraude es irresponsable, porque estamos en una parte del proceso no completa”, dice Rubiano.

Linterna Verde, una organización independiente que investiga cómo se construye la opinión pública en los entornos digitales coincide en lo delicado de la narrativa de “gran fraude” y asegura que ésta comenzó en 2018, impulsada principalmente por el petrismo, pero en estas elecciones se ha convertido también en una estrategia para algunos candidatos de derecha y sectores cercanos al Centro Democrático. “Lo natural es que las denuncias de “Gran Fraude” estén en boca de las figuras partidistas que están encontrando diferencias significativas de votos y cuyas dudas son legitimas, pues la cancha ha estado tradicionalmente desnivelada para sectores políticos que representan la oposición o grupos tradicionalmente no representados en Colombia”, explica Cristina Vélez, directora de Linterna.

Pero ahora, aclara, “sectores del Centro Democrático, del partido del Presidente en ejercicio, y que en teoría debería ser el garante de la transparencia del proceso, también quieren pescar en este río revuelto y cuestionar de raíz el sistema electoral”. Desde la derecha, también se ha visto con suspicacia que Petro estuviera en una reunión en España con funcionarios de Indra, la empresa elegida por el Consejo Nacional Electoral para desarrollar el software del escrutinio general de las votaciones y el expresidente Álvaro Uribe dijo en sus redes que, estas elecciones, cuyo ganador fue el petrismo, le generan desconfianza y llamó a no “aceptar este resultado”.

Ante la polémica, este sábado, el gobierno de Iván Duque ha decidido convocar a la comisión nacional de garantías electorales, con presencia de miembros de los partidos y misiones de observación nacionales e internacionales.


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