La defensa de Dallas y el duende de Doncic fuerzan el séptimo ante Phoenix

Tendremos séptimo. Pocos regalos mejores en una post-temporada de la NBA como el que nos han hecho Dallas Mavericks y Phoenix Suns. Los tejanos se impusieron con facilidad por 113 a 86 gracias a su defensa y lograron alargar la serie hasta el partido del todo o nada.

Luka Doncic volvió a brillar y fue el faro de los suyos pero esta vez destacó la intensidad defensiva del grupo por encima de todo. Dallas dejó a su rival por debajo del 40% de acierto en tiro, en apenas 86 puntos y tan solo Ayton logró hacerles daño.

El esloveno fue, eso sí, el líder del ataque una noche más. 33 puntos, 11 rebotes, 8 asistencias y 4 robos de balón para Luka que, además, tan solo perdió un balón en todo el encuentro.

Las rotaciones defensivas funcionaron para no dejar a Doncic expuesto en ningún momento y poder conservar sus fuerzas para dirigir un ataque que funcionó a las mil maravillas. Dallas anotó con facilidad y la diferencia en el triple (16, por 6 de Phoenix) resultó determinante.

Mención especial para Dinwiddie, que apareció cuando el equipo más lo necesitaba con 15 puntos desde el banquillo, y para Brunson y Bullock, con 18 y 19 puntos respectivamente, para acompañar a Luka.

En Phoenix no terminaron de hacer funcionar nada. Tan solo Deandre Ayton, más por inercia que otra cosa, logró tener un impacto en la pintura y sumar 21 tantos y 11 rebotes. Unos números vacíos, no obstante, que fueron lo más destacable del equipo.

Devin Booker tampoco tuvo su mejor noche y se quedó en 19 puntos, junto a un diferencial de -19 que acabó siendo el peor de su equipo. Ni anotó con facilidad ni fue capaz de dirigir a su equipo, como tampoco lo fue Chris Paul que apenas generó 23 tantos para los suyos.

La contienda vuelve a trasladarse ahora a Arizona. El campo de los Suns será testigo del primer Game 7 de la temporada. Un partido a vida o muerte en el que el ganador recibirá su billete a las Finales de Conferencia del Oeste.