La doble revancha de Suárez

La última imagen de Luis Suárez con el Barcelona lo vincula al Bayern Múnich, a aquella tremenda derrota en la Liga de Campeones, el 2-8 que, sin intuirlo, despechado por el club azulgrana y Ronald Koeman, le iba a dirigir a su nueva aventura en el Atlético de Madrid, con el que se reivindica a golpe de goles.

Cinco ocasiones, tres goles. Es el mejor resumen de sus primeros cuatro partidos con el equipo rojiblanco, al que solucionó este sábado un enredo contra el Celta
, que habría sido quizá irresoluble o mucho menos satisfactorio en el marcador de no haber mediado el 0-1 del ‘9’ a la primera oportunidad que dispuso dentro del área.

Sus goles son vitamina para el Atlético, que se ha sentido tan necesitado de ese factor, el más determinante de todos, las últimas temporadas -las tres más recientes son las peores en cuanto a goles a favor de toda la era Simeone– y que percibe, a la vez, que si su delantero alcanza la treintena de tantos todo es posible para él.

De momento ya lo es ganar lejos del Wanda Metropolitano; algo que era una normalidad en los primeros tiempos de Simeone y que ya no es ni siquiera habitual en los últimos tres cursos, incluido el actual: de sus 40 salidas más recientes, ganó 14, empató 18 y perdió ocho. Ha ganado nada mas siete de sus últimos veinte desplazamientos.

Los goles también son una revancha para
Luis Suárez
. El tercer mejor ‘artillero’ de la historia del Barcelona no quería irse de allí. No lo habría hecho si el conjunto azulgrana no le hubiera abierto con tal determinación, sin disimulo, la puerta de salida, tal y como hizo Ronald Koeman cuando asumió el banquillo azulgrana.

“No le gritaría un gol al Barcelona, pero señalaría a alguna parte”, dijo esta semana en una entrevista a ‘ESPN’ mientras estuvo concentrado con la selección uruguaya, con la que marcó tres goles en dos partidos para multiplicar sus cifras en este curso, entre su club y su equipo nacional, hasta las seis dianas en seis encuentros.

“El respeto que me había ganado adentro de la cancha me lo merecía antes de enterarme por la prensa. Que venga un entrenador diciendo que no cuenta conmigo cuando ya la directiva dijo que iba a haber cambio de jugadores te genera dudas de si fue el entrenador o la directiva”, añadió el delantero en la citada entrevista.

Fue el Bayern Múnich y aquel 2-8, el pasado 14 de agosto en Lisboa (un día antes el Leipzig había eliminado al Atlético de Madrid de la Liga de Campeones), el que indirectamente cambió su futuro, destinado a un final anticipado y fichado luego por el equipo de Diego Simeone con el que se reencuentra ahora, apenas dos meses después, con el conjunto alemán, hoy el campeón de Europa.

Otra revancha pendiente para un goleador de su ambición y magnitud, dentro de una competición que causa una emoción y una expectación especial para el Atlético. Luis Suárez ya se ha enfrentado en tres ocasiones a él, las tres con el Barcelona. Una con victoria (el 3-0 en 2014-15) y dos con derrota: un 3-2 en aquel mismo curso y el citado 2-8 del que ahora quiere desquitarse.

“VAMOS A ENFRENTARNOS AL MEJOR EQUIPO DEL MUNDO”

Además, con la dimensión que ha adquirido ahora el Bayern Múnich, que ha ganado 35 de sus últimos 37 partidos de competición, de los que nada más perdió uno (4-1 con el Hoffenheim el pasado 27 de septiembre), de los que nada más se quedó en uno sin marcar y de los que en 25 anotó tres o más goles a sus adversarios.

“Vamos a enfrentarnos al mejor equipo del mundo, por intensidad, por presión, por juego… Por todo lo que muestra. Considero que es un partido muy importante para nosotros e intentaremos desde la humildad buscar soluciones de lo que el primer tiempo tuvimos que sufrir”, advirtió Diego Simeone, tras el triunfo 0-2 en Balaídos, que incluyó varias ocasiones del Celta y una parada vital de Oblak.

“Estoy ilusionado con el equipo, porque tenemos un equipo muy competitivo. Y creo que esta temporada podemos lograr cosas importantes”, valoró el central Stefan Savic, cuyo conjunto vivió una jornada perfecta, porque él ganó y porque sus tres rivales directos sobre el papel perdieron: Real Madrid, Barcelona y Sevilla.


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