Migrantes se encuentran con integrantes de la Patrulla Fronteriza tras su ingreso a Roma, Texas, el 13 de junio.ADREES LATIF (REUTERS)
Mayo ha vuelto a romper todos los registros de inmigración en Estados Unidos. Las autoridades informaron que el mes pasado fueron registrados 239.000 encuentros en la frontera con México, el punto caliente de la crisis de inmigración que enfrenta el Gobierno de Joe Biden. La cifra representa un incremento de 2% respecto a abril, una subida alimentada por la llegada de inmigrantes de Cuba, Venezuela, Nicaragua, además de rusos y ucranios, quienes han sido afectados por la guerra iniciada por Vladímir Putin en el este de Europa. La cifra supera el máximo histórico de detenciones hechas en marzo de 2000, con 220.000.
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Las autoridades de la Patrulla Fronteriza capturaron a 177.000 personas a lo largo de la línea, un 15% más que las detenciones hechas en abril. Más de 60.000 personas intentaron hacer más de un cruce durante el periodo. Una norma sanitaria impuesta por Estados Unidos, conocida como Título 42, permite expulsar migrantes rápidamente en la frontera. De acuerdo con el Gobierno, esta herramienta también sería responsable de los números récords que se registran. “El gran número de expulsiones durante la pandemia ha contribuido a un número más alto del habitual de migrantes que intentan múltiples cruces”, señaló el miércoles la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Chris Magnus, el comisionado a cargo de la frontera, ha señalado que la Administración Biden ha hecho pocos ajustes desde que le estalló la crisis, que es utilizada como baza electoral por los republicanos. “Las restricciones actuales no han cambiado: los adultos solos y las familias encontradas en la frontera sur siguen siendo expulsadas”, ha señalado el funcionario.
En Mayo repuntan los cruces ilegales. Magnus ha lanzado una alerta a quienes piensan hacer la travesía en una zona castigada por la sequía y las altas temperaturas. “El territorio es extremo, la ola de calor del verano es severa y los kilómetros de desierto que los migrantes deben cruzar tras pasar la frontera no perdonan. Nuestro mensaje a quienes quieren intentar entrar de manera ilegal a Estados Unidos es el mismo: no hagan un camino peligroso solo para ser enviados de vuelta”, dijo Magnus en un memorando emitido este miércoles.
El número de niños migrantes no acompañados cayó un 21% el mes pasado, con 14.699 encuentros en mayo comparados con 12.180 en abril. El cruce de familias completas, en cambio, creció un 8%, con 55.000. Este número lleva decreciendo nueve meses a un ritmo sostenido. En agosto del año pasado fueron 86.000 encuentros de familias.
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Los adultos que hacen el cruce solos conforman el mayor tráfico en la frontera entre México y Estados Unidos. El 25% de los 239.000 migrantes que cruzaron tenían al menos un intento anterior hecho en los últimos 12 meses, de acuerdo a los números oficiales. El 42% del total fue expulsado gracias al polémico Título 42, un instrumento que el Gobierno de Joe Biden ha intentado levantar, pero cuyo fin se encuentra en manos de una dura lucha judicial promovida por varios Estados conservadores, críticos con la política migratoria de Biden.
Una familia de migrantes centroamericanos, después de haber sido detenida tras cruzar la frontera en Roma, Texas.ADREES LATIF (REUTERS)
A finales de abril, el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, advertía del momento por el que atraviesa la frontera. El ministro aseguraba que actualmente hay más personas desplazadas en el mundo que en ningún otro momento después de la Segunda Guerra Mundial. Esto ha llevado a que los agentes de la Patrulla Fronteriza detengan, en promedio, a unas 7.700 personas cada día. Antes de la pandemia, la media era de 1.600 migrantes.
Mayorkas también habló del cambio en los flujos migratorios que han notado en los meses recientes. “Migrantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua han crecido de manera constante y representan un 37% de los ingresos en el año fiscal 2022 [de octubre de 2021 a octubre de 2022] entre los no mexicanos”, afirma. En el lustro de 2014-2019 estas nacionalidades representaban el 8%. En mayo, las autoridades detuvieron a 18.900 nicaragüenses, una cifra récord que duplica el número de salvadoreños que intentaron cruzar al país. El mes pasado dejó también un incremento de 45% en el número de colombianos detenidos, con 19.000 migrantes. En mayo de 2021, en cambio, fueron algo más de 400 personas de esta nacionalidad las detenidas.
La guerra en Ucrania también ha llevado a cientos de ucranios y rusos a buscar la entrada a Estados Unidos vía México, lo que ha obligado al Gobierno de Biden a implementar un programa que permita iniciar el proceso de migración legal antes de abandonar Europa. Así se pretende desincentivar el número de ucranianos en ciudades fronterizas mexicanas, que ya registran saturación en los campamentos compuestos por centroamericanos y haitianos.
Los números de mayo fueron dados a conocer solo cinco días después de que líderes de 20 países de América firmaran en Los Ángeles una Declaración regional sobre migración. Con el documento, los países prometen coordinar sus esfuerzos para hacer frente a una situación que ha afectado a muchas naciones del continente. En la zona hay más de seis millones de venezolanos que han abandonado su país, convirtiéndose en la segunda peor crisis de desplazamiento en el mundo. El 80% de esta diáspora está repartida en 17 países de América Latina, principalmente en Colombia, que tiene 1.8 millones de venezolanos, y Perú, con 1.3 millones. Costa Rica, con una población de cinco millones de personas, ha sido elegido como nuevo hogar de 150.000 nicaragüenses que han abandonado la dictadura de Daniel Ortega.
El documento signado ofrece más oportunidades para migrar ilegalmente a otros países y refuerza la vigilancia de las fronteras para hacer más expedita la devolución de todos aquellos que no califiquen como refugiados. El documento parte de una “responsabilidad compartida” que conmina a las naciones a hacer su parte. Con esto se pretende reducir el número de personas que emprenden el trayecto a Estados Unidos. Los países americanos han dejado de ser expulsores para convertirse también en destino de inmigrantes.
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