La nada más absoluta en el ataque del Athletic

Por mucho que haya llovido en los últimos días, el ataque del Athletic continúa siendo un árido desierto en el que no se atisba ni siquiera un espejismo que permita aliviar la mente, aunque en realidad sepa que no hay nada al fondo. Eso fue precisamente la ofensiva del cuadro bilbaíno en Mendizorrotza. La nada más absoluta. Solo dos intentos de Raúl García, fruto sobre todo de su capacidad para sacarse remates donde otros ni los imaginan.

Nuevo ejercicio de impotencia y de improvisación del Athletic, sin dar la sensación de tener un plan para alcanzar el gol más allá del habitual. Algo que se está convirtiendo en un patrón. Dos tantos en cuatro jornadas… y pocas oportunidades. La idea es jugar a las bandas a través de transiciones rápidas y buscar el área. Lo que sucede es que los contrarios tienen más que aprendida la lección y los bilbaínos ya no sorprenden a nadie.

Nada de combinar por dentro. Cierto es que es difícil ante un bloque que se cierra bien como el Alavés, pero tampoco se intenta. Y con la lesión de Yuri en el inicio de la segunda parte, otro recurso menos y más previsible que fue el Athletic.

Sancet y Córdoba fueron las novedades en el once, también los primeros en regresar al banquillo por decisión de Garitano. El navarro tuvo algún ligero destello y al extremo zurdo apenas se le vio. Una circunstancia que se repite. Su aportación en las inmediaciones del área es escasa. Williams y Raúl García intercambiaron sus posiciones entre la derecha y la delantera como de costumbre, de forma que ninguno termina de encontrarse cómodo. A Iñaki le suministraron pocos balones y se vio obligado a bajar a 40 metros de la portería de Pacheco para entrar en liza.

Otra debilidad del Athletic está en la calidad individual. En acciones ofensivas que se pierden en el vacío por errores en el pase en los metros decisivos. A la hora de fútbol, como si estuviera predestinado en la agenda de Garitano, Muniain y Morcillo ingresaron en el verde relevando a Sancet y a Córdoba. El zornotzarra mantuvo su línea reciente, buscando centros al área. Pero ni fueron muy precisos ni había abundancia de rojiblancos como para rematar.

En el 74’ llegó el gol del Alavés. Entonces hubo toque de corneta en el banquillo bilbaíno. A la desesperada. Berenguer y Villalibre salieron en lugar de Unai López y Williams. Debut para el nuevo fichaje, que se ubicó en la derecha, con medio entrenamiento en las piernas e Iñaki, nuevamente fuera cuando tocaba remontar. Duarte abrió una ligera esperanza para el Athletic al ver dos amarillas en un minuto. Restaban cinco minutos y el recurso de los leones fue el mismo que contra el Cádiz. Balones al costado y al área. Como ante los gaditanos, no sacaron nada de nada. Con excepción del último cabezazo de Raúl. Siempre está ahí, pero si no le alimentan…


Source link