La ‘otra Liga’ de los atléticos

Hace casi dos meses que el Atlético de Madrid se proclamó brillantemente campeón de Liga, derrotando 1-2 al Valladolid en la última jornada del campeonato. Han pasado siete semanas desde entonces, pero a los seguidores rojiblancos no se les ha borrado la sonrisa de la cara. Con lo que costó conseguirla…

Las imágenes de la celebración de los jugadores colchoneros están frescas en la memoria de los aficionados. Los abrazos en el césped de Zorrilla, el festejo con los desplazados en los aledaños, la llegada a Majadahonda con más atléticos esperando… Y ahí nos detenemos. Porque en el párking del Cerro del Espino, delante de los centenares de hinchas que aguardaban a los campeones, había un trofeo. Una réplica de LaLiga (la original la levantaría Koke en el Metropolitano el día siguiente) que dio mucha que hablar ese día… y en semanas posteriores.

La copa es de Jesús Ruiz (@atmcollect1903), reconocido coleccionista de camisetas del Atlético de Madrid. Él fue el encargado de regalar a Godín y Juanfran las históricas elásticas con las que se despidieron en su último partido como colchoneros. Volvamos al trofeo. Nada más bajar del autobús, Joao Félix la vio y se lanzó como un poseso a por ella. Su legítimo dueño ya no la vería más.

Tras las fotos de los jugadores con ella, el capitán se la llevó a casa. Entró con ella en alto, mientras familiares y amigos le daban una rojiblanca bienvenida. Durmió a buen recaudo. De ahí, la réplica se fue a la Peña Atlética de Boadilla. Lució en una comunión y luego, fue a parar a una de las bodas del año, la de Ramón y May. Los 15,6 kilogramos de latón bañados en plata aguantaron como unos campeones mientras sonaba el himno del Atleti y el ya legendario ’Cu-Cú’.

De Madrid, rumbo a Alicante. Al trofeo le esperaba la Peña Atlética Alacantí. También tuvo un cumpleaños en Benidorm antes de volver a Madrid e irse a tomar el aperitivo por medio Carabanchel. Hasta un cementerio visitó para que también celebraran el título en el tercer anfiteatro.

La copa volvió a viajar, esta vez para una celebración privada en Albacete y el último servicio lo prestó en una boda en Brunete. No aguantó más y tuvo que pasar por el taller para arreglar unos desperfectos. Y allí se encuentra a la espera de que la den el alta, pues todavía tiene trabajo por delante. El 6 de agosto reaparecerá en las fiestas de un pueblo.

Y todo, gracias al desinteresado interés de su dueño, Jesus Ruiz, porque aficionados del Atlético de Madrid puedan levantar una Liga que también es suya en una temporada muy especial en la que los hinchas no han podido acudir a los estadios. La Liga de todos seguirá dando que hablar.


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