Una importante operación policial se ha puesto en marcha este viernes para desbloquear las calles de Ottawa, ciudad que durante tres semanas ha estado tomada por camiones y ocupada por manifestantes contrarios a las medidas sanitarias contra la pandemia impuestas por el Gobierno canadiense. Según informó la policía a última hora del viernes, había 70 detenidos y 21 vehículos habían sido retirados en una ciudad que registraba temperaturas gélidas, con una sensación térmica de 20 grados bajo cero.
Uno de los arrestados es Pat King, una de las figuras más reconocidas de los manifestantes. Chris Barber y Tamara Lich, dos organizadores de la denominada caravana de la libertad, ya habían sido detenidos el jueves. Los tres líderes se enfrentan a cargos por incitación a cometer daños, obstrucción a la justicia y desobediencia a una orden judicial.
La policía canadiense ya desalojó por completo el pasado fin de semana uno de los pasos fronterizos más transitados que unen Canadá con EE UU, que estaba bloqueado por la protesta de camioneros contra la vacunación obligatoria. Pese a las medidas policiales, Ottawa seguía el viernes siendo un territorio tomado por las protestas. Después de que decenas de autobuses abandonaron la ciudad el miércoles y el jueves, los manifestantes expresaban a través de las redes sociales que no pensaban abandonar la capital. La policía les recordó que, de acuerdo con la legislación federal y provincial, quienes no abandonaran inmediatamente el lugar y retiraran sus vehículos de las calles se enfrentarían a “duras sanciones”.
A principios de esta semana, la situación se hacía insostenible. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, invocaba poderes de emergencia no empleados desde 1970 para hacer frente a las protestas. “Los bloqueos están dañando nuestra economía y poniendo en peligro la seguridad pública”, dijo el primer ministro. “No podemos permitir que estas actividades, peligrosas e ilegales, continúen”.
Chrystia Freeland, ministra de Finanzas y viceprimera ministra, defendió este viernes la Ley de Emergencia para desalojar el centro de Ottawa, subrayando que la economía y la democracia del país están bajo amenaza. “Una democracia liberal debe estar preparada para defenderse”, manifestó.
Este jueves, Trudeau, sobre el que están cayendo multitud de críticas por invocar los poderes extraordinarios, aseguraba en una sesión parlamentaria que “los bloqueos y ocupaciones ilegales no son protestas pacíficas”. “Son una amenaza para los puestos de trabajo y las comunidades, y no pueden continuar”, enfatizó el líder del Partido Liberal de Canadá. Este viernes, la Cámara de los Comunes (que junto al Senado conforma el Parlamento canadiense) suspendía su sesión precisamente para evitar posibles incidentes mientras se desarrollaba la operación policial.
Las fuerzas del orden habían dado muchos avisos antes de su intervención del viernes. El miércoles, la policía avisó de que el bloqueo con camiones de los manifestantes antivacunas en el centro de la capital era “ilegal” y advirtió de que procedería a arrestar a quienes protestaban si no cejaban en su empeño. En un mensaje a través de su cuenta de Twitter, la policía de Ottawa denunciaba que los manifestantes habían situado a niños entre las operaciones policiales y el lugar de la manifestación ilegal. “Los niños serán llevados a un lugar seguro”, aseguraban y recordaban que era “ilegal” utilizar de esa manera a los menores.
El autodenominado convoy de la libertad ha provocado pérdidas millonarias tanto en Canadá como en Estados Unidos, afectando especialmente a la industria automotriz. Las protestas comenzaron el 29 de enero, cuando centenares de transportistas condujeron a Ottawa para mostrar su rechazo a la vacunación obligatoria. Otras capitales provinciales (como Quebec, Toronto o Winnipeg) se sumaron después con manifestaciones locales. La capital declaró el estado de emergencia el 6 de febrero.
A mediados de semana, el jefe de la policía de Ottawa, Peter Sloly, anunciaba su renuncia al cargo tras varios días de críticas por la incapacidad del cuerpo para controlar el bloqueo de más de 400 camiones y centenares de personas contrarias a las medidas sanitarias contra la pandemia de covid-19.
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