La Real lo ha ganado todo y el Omonia es su antítesis: cuenta sus cuatro partidos por derrota. Por lo tanto, la victoria de los txuri urdin esta noche (GSP Stadium, 21 horas, Movistar) se da por sentada, pero algunos astros se alinearon ayer en contra de la escuadra txuri urdin para darle alguna ‘chance’ más al equipo chipriota. Aunque parezca un chiste o una ocurrencia de sainete, Alexander Sorloth fue convocado y recayó de su gripe en el avión hacia Chipre, por lo que está descartado para hoy, es la octava baja. Además los técnicos tuvieron la desagradable sorpresa de encontrarse con un terreno de juego que era una especie de patatal seco y duro que dificultará la circulación de la pelota en la noche de hoy. Sin embargo, parafraseando a Imanol: “No hay excusa”. Esto sigue siendo una bendición. Y la situación de la Real, de auténtico privilegio.
Los datos del Omonia-Real
Tras la derrota del pasado sábado en Valladolid, la Real acomete otro encuentro al límite de su depósito de energía: fatigada y con ocho bajas que dificultan las rotaciones, entre ellas las de Silva y Sorloth, aparte de las ya habituales. Pero al mismo tiempo es una Real pletórica, intratable en la Europa League, que llega a Chipre con la intención de sellar su particular pleno al 15, cinco victorias en cinco duelos para estar más cerca de la hazaña que supondría acabar como primera de grupo por delante del United y ahorrarse el ‘playoff’ de febrero ante un equipo de Champions como el Ajax o la Juventus.
Si la Real gana, es muy normal que llegue a la última jornada con la posibilidad de que le valga hasta perder por la mínima ante el Manchester United para acabar como primera. Todo depende del goalaverage general, que ahora es de +4 para los txuri urdin.
Se busca sustituto a Silva
Queda por saber quién marcará los goles porque Imanol no va a poder contar ni con el máximo goleador histórico de esta plantilla, Oyarzabal, ni con el futbolista fichado con ese fin de ser el ‘killer’, Sadiq, ni con el ‘pichichi’ de la Europa League, al que ahora se le caían los tantos de los bolsillos, Sorloth, ni con quien mejor abastece a los artilleros, Silva. Fue curioso lo del noruego, que fue convocado, que se metió en el avión y, tras las cuatro horas de vuelo, dijo que estaba para el arrastre de nuevo. “Pensaba que podía jugar y por eso le metí en la convocatoria, pero al bajar del avión me ha dicho que estaba muy mal y se ha ido directo al hotel, por lo que no cuento con él”. Palabras de Imanol sobre el vikingo. Así se escribe a veces la historia de la Real.
Así las cosas, se esperan cambios, algunos forzosos, otros obligados. Es muy normal que Pacheco vuelva al centro de la defensa tras descansar unos partidos y que Aritz le acompañe o como lateral o como central. Guevara, Illarra y Turrientes tienen muchas opciones de ocupar las tres o dos de las tres posiciones de la medular, por detrás de un mediopunta que podría ser Brais o Navarro, aunque no se le pueden robar todas las opciones al mago principiante Pablo Marín. Y arriba, Kubo y Carlos Fernández porque apenas hay alternativas.
Cuidado con el campo
No tiene pinta de ser una noche para exquisiteces por las circunstancias y porque el terreno de juego no está para recrearse con la pelota. Los calientes hinchas del Omonia tratarán de reanimar al ‘walking dead’ que está siendo su equipo este curso: nueve derrotas en 12 partidos entre la Europa League, donde son todo bofetadas, y la liga chipriota, conceptuada como una de las más flojas del continente.
Su nuevo entrenador, el belga Yannick Ferrera, tratará de aplicar el desfibrilador. En su presentación no le daba ninguna opción a su equipo esta noche, pero en su comparecencia de ayer, su discurso viró: reivindica por lo menos su derecho a la sorpresa. No podrá contar ni con el portero Fabiano ni con el capitán en Anoeta, Bacherou.
La noche será inolvidable para los 350 ‘realzales’ desplazados a Chipre y para Jon Magunazelaia, que hoy podría debutar con la elástica txuri urdin.
La Real quiere hacer que sus jueves sigan siendo de fiesta.
350 gargantas txuri urdin en una caldera
El GPS Stadium del Omonia tiene fama de ser caliente, muy volcado con su equipo y con unos ultras que no cesan de animar a su equipo. El estadio tiene una capacidad para 22.860, poco más que Atotxa. Sea cual sea la presión ambiental -en el partido ante el Sheriff tiraron una botella llena a un asistente-, es seguro que se dejarán oír los cerca de 350 ‘realzales’ desplazados hasta Chipre para conocer la isla y, sobre todo, para animar a la Real
Tres seguidores realistas posan con Mikel González en Chipre