El pasado martes, a media tarde, comunicado oficial del Armani
Milano para anunciar que incorporaba al base
Malcolm Delaney
para las dos siguientes temporadas.
Ettore Messina
ya tiene el base que quería para aspirar a la Euroliga y el jugador ya está donde suspiraba, cuando forzó su salida del Barça. El 15 de mayo escribí, aquí mismo, que el jugador había faltado el respeto al club y a sus compañeros. Ahora sabemos por qué. En Italia se sentirá el primer base el equipo pero, además, cobrará más que en Barcelona y pagará muchos menos impuestos que en Catalunya. Aprovechar el coronavirus para irse sin permiso, negarse a volver, decir que no se debía terminar la temporada y renunciar al año de contrato que sólo dependía de él cumplirlo, fue una manera poco elegante de forzar la salida. Pero sumamente eficaz.
No era verdad que nadie del club contactará con él mientras estaba en Baltimore, ni que se contase con él en las reuniones virtuales que montaba
Pesic
con el equipo, pero sus argumentos le sirvieron como excusa para la fuga. Al final, entre profesionales, sigue valiendo la máxima de
Tom Cruise
en ‘Jerry Maguire’: “Show me the money”. Lo que traducido sería, “todo por la pasta”. De su huida del Barça a su fichaje por Armani no han pasado ni tres semanas. Estaba cantado.
Delaney
, retratado.
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