Las claves en la previa del España-Polonia, por Lobo Carrasco

1. Polonia no juega a defender, pero…

Tras el encuentro que disputaron ayer Suecia tiene 4 puntos y Eslovaquia 3, por lo que el partido ante Polonia es más que decisivo para España.

Nuestro adversario perdió el primer duelo ante Eslovaquia por dos motivos: no poder conectar a Lewandowski al remate y tener que jugar con diez debido a los errores cometidos por el impulsivo Krychowiak, que acabó siendo expulsado. Un defensa que cree saber jugar en la posición de mediocentro pero que ahí pierde nivel. Cuando lo veo con el número 10 miro para otro lado.

La Polonia que espero querrá la pelota aunque modifique su esquema y salga con Bereszynski, Bednarek y Glik formando la línea de centrales. Paulo Sousa sabe que defender no es la mejor virtud de su combinado y tratará de alejarlos del meta Szczesny tanto como pueda. El plan debe pasar por intentar atacar mucho para defender poco.

2. Gerard Moreno continúa ‘on fire’

A los goleadores hay que leerles sus buenas rachas y la que atraviesa actualmente Gerard Moreno es a la vez larga y espectacular. Se trata del líder ofensivo del Villarreal recientemente campeón de la Europa League y gran protagonista en la Selección cada vez que juega. Cuando pisa el área rival, huele maravillosamente a gol y claro que creo que es compatible con Álvaro Morata, porque sabe enlazar con el juego elaboración y, también, puede jugar de fuera hacia dentro.

Volviendo al plan de juego y el trabajo colectivo de esta España de Luis Enrique, la presión tras pérdida (¿Sergio Busquets?) ante Polonia puede dar mayores frutos que ante la rocosa Suecia de Andersson.

El conjunto dirigido por Paulo Sousa acostumbra a iniciar en corto y por ello intentar robar la pelota en territorio delicado puede romper el plan del técnico rival.

3. Los campeones van de menos a más

En los campeonatos de selecciones la historia nos recuerda que es mejor fallar al principio, en el tramo inicial, que más adelante, cuanto un mal día te condena a la eliminación sin remedio.

Nosotros, la España de los ochenta, empatamos el primer partido frente a Rumanía en la Eurocopa del 1984 y entonces nos dieron por liquidados (además de ponernos verdes en la prensa) en aquella edición del torneo celebrada en Francia. A la postre, llegamos a la final y estuvimos muy cerca de lograr el título empujados por un motor bien denominado como amor propio.

En el Mundial de Sudáfrica 2010, Suiza nos ganó (sólo en el marcador) pero luego desatamos la tormenta futbolística hasta acabar reinando con el fabuloso ‘Iniestazo’ ante Países Bajos en la final. Sucede que cuando te señalan, te picas.


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