Lectures Plurielles: por amor al libro y al autor novel


¿Qué darías por que alguien te regalase un libro gratis y acto seguido te invitase a sentarte en una cómoda butaca orejera, instalada en una bonita sala abovedada de un noble edificio, y todo ello para que pudieras leer tranquilo y a tu aire? A mí me ha pasado, pero no soy la única. No soy ni la primera ni la última persona en vivir algo así. Es una de las experiencias, entre muchas otras, que propone Lectures Plurielles (Lecturas plurales, en español), una asociación de casi 400 miembros que nació en 1986 en mi ciudad, Chambéry (Francia), con el objetivo de acercar los libros a los lectores. Y a fe mía que lo consiguen.

En el origen de la historia, un profesor que no sabía cómo convencer a sus alumnos para que agarraran un libro, ya que los consideraban como objetos polvorientos, casposos, escritos por autores muertos, enterrados y, a su juicio, dignos del olvido, se le ocurrió darles a leer escritores noveles, hacerles votar el mejor y luego invitar al autor –no a un cadáver sino a una persona vivita y coleando- a un encuentro con sus jóvenes lectores. El director de la biblioteca de la ciudad oyó hablar de la iniciativa y compró la idea: la exportó más allá de la clase de ese maestro inspirado. Mucho ha llovido desde entonces.

Hoy en día Lectures Plurielles trabaja todos los días para dar visibilidad y reconocimiento a la creación literaria contemporánea novísima, solo autores noveles, a través de una programación variada a lo largo de todo el año y de un gran evento anual: el Festival du Premier Roman de Chambéry (Festival de la primera novela de Chambéry, en español). En la última edición se presentaron al público 21 autores. Todo ello a través de encuentros, mesas redondas, talleres y exposiciones, con autores de la francofonía, pero también escritores en inglés, rumano, italiano, alemán y español. La iniciativa local se ha convertido con el correr de los años en una red internacional de promotores de la lectura y de lectores apasionados.

Para la próxima edición del festival se han preseleccionado ya 10 obras noveles en español

Por estas fechas navideñas Lectures plurielles organiza paquetes de tres libros sorpresa por cinco euros. Sorpresa para quien compra y sorpresa para quien recibe, claro está. Para la semana que viene está previsto un apéro littéraire (aperitivo literario) durante el cual se bebe pero no solo eso. Se va a hablar de literatura y sobre todo de las obras que han sido seleccionadas para participar en el festival de la primera novela, que se celebra todos los años en mayo. Y también antes de Navidad van a organizar un taller de cata de vinos y de libros. En el texto de promoción avisan: “Vamos a descubrir vinos italianos, acompañados por los textos de un invitado del próximo festival, textos leídos por lectores en voz alta”.

La asociación no solo refuerza los lazos entre la literatura y la viticultura. Para enero organizan eventos que relacionan la literatura con el cine, con la escritura y con el desafío puro y duro. Para el 20 de enero convocan la Noche de la lectura para que acudan tantas personas como sea posible al local de la asociación porque se trata de leer de un tirón y en una sola noche la primera obra del invitado de honor. Los lectores se irán sucediendo en la palestra al correr de las horas como corredores en una carrera de relevos.

La asociación vive en gran medida de las ayudas públicas, del partenariado con editoriales y autores pero, sobre todo, gracias a la presencia y al trabajo voluntario de 3.200 lectores. Para la próxima edición, la 35ª, han preseleccionado ya 10 obras noveles. Gracias a la plataforma de lectura conectada Alphalire, cualquier persona interesada en sumergirse en la aventura de descubrir un nuevo autor, puede participar y votar por su obra preferida.

Y si alguien se pregunta por qué debería interesarse por obras noveles, le dejo con una cita de una escritora, Monique Grégoire: “Abordar una primera novela es zambullirse en un lago del que no podemos imaginar ni la profundidad, ni las turbulencias posibles, ni los tesoros sumergidos”.


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